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Acerca del caso de Mateo

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A partir del caso del pequeño Mateo podemos dar cuenta de las terribles consecuencias que trae consigo la violencia intrafamiliar, los estudios epidemiológicos a nivel mundial, muestran dónde se concentra la mayor cantidad de casos de violencia intrafamiliar, primero en el maltrato y abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes, segundo la violencia en la pareja o violencia doméstica, y finalmente el maltrato a personas mayores.

En el caso de Mateo se puede evidenciar una vida marcada por el maltrato físico, emocional y psicológico, negligencia y abandono, todos y cada uno característicos del maltrato hacia un menor, todas estas formas de maltrato, afectan el profundamente el desarrollo de las personas, generando consecuencias negativas que pueden ser observadas en el corto, mediano y largo plazo.

Lamentablemente este fenómeno es bastante habitual, si bien la muerte puede llegar a ser el resultado final más grave en diversos casos, la vivencia de violencia intrafamiliar causa distintas consecuencias psicológicas en las personas que la padecen, se calcula que el 60% de las personas víctimas de violencia tienen problemas psicológicos moderados o graves, los síntomas de mayor de frecuencia son ansiedad, tristeza o estado de ánimo bajo, pérdida de autoestima, labilidad emocional, inapetencia sexual, fatiga permanente e insomnios. Los principales trastornos psicológicos que se pueden correlacionar con la violencia son la depresión y el trastorno de estrés postraumático, sin embargo, se ha planteado que las víctimas de maltrato doméstico desarrollan también otros problemas psicopatológicos como los trastornos de ansiedad, trastornos de la personalidad, trastornos y estados disociativos, intentos de suicidio, trastornos de la alimentación, alcoholismo y drogodependencias.

Se hace evidentemente necesario seguir avanzado en el trabajo con personas que han sido víctimas y que ejercen violencia, y por sobre todo se debe realizar un plan de prevención para que los casos como el de Mateo no se vuelvan a repetir.

Jonathan

Martínez Líbano

- Profesor Psicopatología y Psiquiatría U. de Las Américas