María Angélica Blanco se atrevió a incursionar en la novela policial
Un detalle que no deja de llamar la atención en "El puente del Diávolo", es el nombre de la autora, Angélica Blanco.
Un acierto editorial de Mare Nostrum, sin duda, pues implica una suerte de alter ego para la pluma de María Angélica Blanco.
Quitándose el primer nombre, efectivamente da la sensación de ser una autora, incluso debutante, dentro de la novela policial, allí donde el misterio se hace parte de la trama.
El hecho "criminal", la desaparición de la protagonista (Blanca Sommerville), se desarrolla a partir de un contenido expresivo, que acercan a esta escritora y periodista, a una cierta estilización en su narrativa. "Creo que di un giro importante", confiesa la autora cuya primera novela "La noche de las cuatro plumas"- en 1988.
Sus palabras reafirman la idea que le venía rondando hace por lo menos tres años de incursionar en la novela policial. "Resulta un género fascinante, en que se trabaja en todas las dimensiones del misterio y el enigma. También, porque me gustan los desafíos y el thriller policíaco es muy difícil", dice sobre su quinta obra publicada.
- Lo debes mantener envuelto en una atmósfera de creciente suspenso y buscar ir superando sus capacidades de asombro. Un autor de novela negra debe tratar de ser desconcertante, contradictorio e inesperado para producir vuelcos sorprendentes.
- Me tomó tres años escribirla (la novela tiene 316 páginas). Lo disfruté, pero tuve momentos en que estuve a punto de darme por vencida. Definitivamente, es un género complejo.
CUESTIÓN DE GÉNEROS
De carácter también visual, y con diálogos que llevan la acción, Blanco construye espacios y momentos como plagados de una iluminación tenebrosa, en una ciudad tan seductora como misteriosa, Venecia. Hasta se siente cierta humedad narrativa en sus párrafos, también para proyectar la psicología de los personajes (cabe la anotación para la agente Rafaella Buonarotti).
"La ambienté en Venecia, porque es una ciudad que amo por la belleza de su patrimonio y su arte. Es mágica y laberíntica, en la que muchas veces me he perdido en sus callecitas estrechas e intrincadas", apunta María Angélica, quien el año pasado presentó "A doble faz", colección de relatos desarrollados con Eduardo Meissner.
En "El puente del Diávolo", la historia tiene un desencadenante particular cuando desaparece "la bella doctora" Blanca Sommerville. Ella asiste a un congreso médico en la ciudad italiana, acompañada con su marido, el arquitecto Ignacio Urquieta.
Al día siguiente, cuando nada hacía suponer que ella no regresaría, el marido reporta su desaparición a la Questura de Polizia. El caso es asignado a la agente Rafaella Buonarotti, quien inicia una intensa búsqueda de la doctora. Lógico, a partir de ahí se irán conociendo cuestiones desconocidas de la profesional de la salud.
- En cuanto al erotismo, cuando desaparece una mujer joven y bonita, las primeras presunciones e hipótesis de la agente Buonarotti la inducen a formularse la tesis de un homicidio pasional. Creo que es un cruce, que se produce en la gran mayoría de las novelas negras. El crimen pasional es uno de los más recurrentes en la historia detectivesca. Jorge Luis Borges, que escribió varios cuentos policiales y era un apasionado y estudioso del género, solía decir que en todo thriller policial debe estar presentes el amor, los viajes, el erotismo, la muerte y los laberintos. En "El puente del Diávolo", todos esos elementos están presentes en la trama. Además, siento mucho respeto por el género policial. Eso me llevó a leer muchísimo sobre criminalística, investigación sobre peritajes, medicina forense, balística. Aprendí tanto que estoy a punto de postular a la PDI (...) ¡Me encantaría resolver un homicidio real y no de ficción! (risas).
Aparte de Georges Simenon, quien siempre me ha cautivado con la agudeza de su detective Maigret, mi gran referente es el autor norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849), quien es considerado uno de los precursores del género policíaco. Leer "El cuervo" o " El doble crimen de la calle Morgue" es enfrentarse con un maestro. Poe es dueño de una agudeza magistral y sus obras están al filo del horror. Trabaja con la esencia del misterio y nos mantiene en una sensación de escalofrío permanente.
- No te quepa duda que mi próxima novela será policial. Escribir este libro, la verdad, me mantuvo con la adrenalina al máximo. Espero que la agente Rafaella Buonarotti se convierta en una especie de Hércules Poirot, salvo que no tiene bigotes, al contrario, es muy guapa, pero fría, pragmática y analítica.