La importancia de la educación financiera en los niños y jóvenes
La creciente bancarización de los chilenos en la última década ha generado beneficios como el mayor acceso al crédito y a otros productos bancarios, lo que es sin duda una herramienta positiva, pero que debe ser usada de manera responsable. Estos avances podrían tener un impacto mucho más sustantivo en las personas si fueran acompañados por una adecuada educación financiera que les permita tomar decisiones de manera informada.
Esto es especialmente relevante en la población joven, de entre 18 y 29 años. Según cifras de una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Juventud (Injuv), un 37% de los jóvenes declaró tener deudas, créditos o préstamos a su nombre, cifra que sube al 47% en el segmento entre 25 y 29 años. Su relevancia es tal, que en 2012 los líderes del G20 aprobaron los Principios de la Ocde sobre las estrategias nacionales de educación financiera. Este documento identifica específicamente a los jóvenes como uno de los objetivos prioritarios de las políticas gubernamentales en este ámbito. Ese mismo año, la Cooperación Económica Asia - Pacífico (Apec) de Ministros de Finanzas identificó a la educación financiera como una habilidad crítica de la vida.
El énfasis entonces debe estar en el desarrollo de actividades e iniciativas en torno a la educación financiera y el uso responsable del dinero, especialmente en niños y jóvenes, como un medio para crear adultos mejor preparados para enfrentar los retos de su vida y su entorno.
Para enfrentar este tema han surgido, tanto desde la industria bancaria como desde las autoridades, una serie de iniciativas que buscan potenciar un endeudamiento responsable. En el marco de eso en Banco Itaú desarrollamos la obra de teatro 'Toma chocolate, paga lo que debes', dirigida a alumnos entre 6º y 8º Básico. Para aumentar aún más el alcance de esta iniciativa se desarrolló sobre la base de la misma temática, una miniserie en alianza con el Consejo Nacional de Televisión, que ha tenido 10.500 emisiones, impactando a más de cuatro millones de alumnos en todo Chile.
Este tipo de proyectos confirman la necesidad percibida de contar con buen material para enseñar las bases de la educación financiera a niños y jóvenes para cimentar las bases de una sociedad que hace un uso responsable de su dinero y apoya la estabilidad financiera del país. Concretar esto es una responsabilidad compartida entre los bancos, las autoridades y la sociedad.