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La década perdida

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El Consejo de Defensa del Estado ha interpuesto una querella contra Jacqueline Van Rysselberghe y un grupo de ex asesores por el delito de fraude al fisco. La hoy senadora salió a desmentir aquello, señalando que "pudo haber problemas administrativos, pero jamás y en ningún caso alguien se llevó un peso para la casa".

Más allá del tema judicial, este hecho permite dar una mirada a la historia reciente de Concepción y plantearnos ¿qué características tuvo la administración de Jacqueline Van Rysselberghe al frente del municipio penquista?

No fue menor su triunfo el año 2000. Con su llegada a la municipalidad, la UDI lograba el control de una de las principales ciudades del país y así posicionar mediáticamente a una de sus figuras emergentes.

De familia y tradición política local, levantó un discurso de identidad con la ciudad. Asimismo, y en concordancia con la estrategia UDI, enarboló una política basada en la eficiencia de la gestión y administración, con un fuerte marketing político, prevaleciendo la imagen por sobre las ideas.

Durante diez años se desempeñó como alcaldesa. Periodo marcado por las controversias y polémicas. Década en la cual la institucionalidad (municipio) se puso al servicio de un proyecto político individual, el cual tuvo tres características: alta personalización del poder, con un fuerte control y centralización de las decisiones. Estrategia que fue acompañada y respaldada por un grupo de incondicionales asesores y colaboradores. En segundo lugar, la implementación de una red de "operadores", conocidos en su momento como "Territoriales" que actuaban en determinados espacios, sean estos institucionales o en ciertas poblaciones. Y en tercer lugar, una práctica política basada en el clientelismo. Todo esto instituyó un dispositivo político y cultural encargado de persuadir y cooptar a importantes sectores (populares) de la población penquista, quienes tributaban los votos para ganar elecciones y sostener su imagen.

En materia de gestión edilicia, durante su administración, los concejales Patricio Lynch, Alejandra Smith y Jorge Condeza realizaron constantes tareas de fiscalización, lo cual conllevó una serie de denuncias y presentaciones ante Contraloría y Fiscalía por los malos manejos de recursos municipales.

Un buen ejemplo que ilustra lo que fue su gestión lo representan las tulipas, ícono de una mala política pública y carente visión de ciudad.

De esta manera, se fue configurando Concepción y su década perdida: intereses personales y políticos por sobre los de la comunidad, prácticas políticas clientelares, un municipio expuesto a la deficiente gestión administrativa y una ciudad estancada e invisibilizada a nivel nacional.

Violencia contra la mujer

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Diversas organizaciones recordaron, como cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, una de cada tres mujeres en América experimenta durante su vida violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual por parte de alguien que no es su pareja.

El 20% de las mujeres en este continente informan haber sido víctimas de abuso sexual cuando niñas. Las jóvenes de entre 15 y 19 años son las más expuestas al riesgo de violencia física o sexual, y muchas de ellas indican que su primera experiencia fue un acto que no buscaron o que les fue impuesto.

Si bien se trata de un problema social, tiene muchas implicancias de salud. Estudios realizados en varios países revelan que los embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual y los abortos espontáneos son más frecuentes en las mujeres que informan haber sido víctimas de violencia.

Estos ataques no solo provocan lesiones o incluso la muerte, sino que además tienen una repercusión poco reconocida en la salud reproductiva de las mujeres, que se traduce en más complicaciones en el embarazo, así como en embarazos no deseados, abortos espontáneos e infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH.

Hay estudios en los que también se ha consignado que la violencia es una causa importante de mortalidad materna. La violencia infligida por la pareja fue la causa principal de muerte materna-responsable de 20% de esas defunciones- en tres ciudades de Estados Unidos entre 1993 y 1998. Entre 3% y 44% de las embarazadas en América Latina y el Caribe informan haber sufrido actos de violencia por parte de su pareja durante el embarazo.

La violencia intrafamiliar es una manifestación inhumana del abuso de poder del hombre sobre la mujer, porque el daño es realizado por un ser querido, conocido y cercano. Lleva a la anulación de la mujer y, en casos extremos, al asesinato.

Desde que en Chile se promulgó la ley 20.480, el número de femicidios ha disminuido, pero aún es significativo. Se han registrado 39 casos en lo que va del año, lo que revela que falta aún mucho para lograr un cambio cultural.