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Ebola ¿en retirada?

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El susto mayor se produjo el domingo 12 de octubre. Poco después del mediodía, la abarrotada sala de espera de Urgencia del Hospital Barros Luco se vació aceleradamente. ¿La razón? El anuncio por altoparlantes de que había un caso sospechoso de ébola.

Durante los días previos, la información internacional se había desbordado con noticias de casos de ébola en España y Estados Unidos. Incluso se mencionó un sospechoso en Brasil. De pronto, una enfermedad que parecía muy lejana para los chilenos, se convirtió en una amenaza real.

Un par de días después se supo que el supuesto contagiado no tenía ébola, sino malaria. Pero las alarmas estaban activadas. Tres equipos africanos de fútbol calle que venían a disputar un mundial sufrieron un riguroso chequeo en el aeropuerto. Pronto el caso pasó al olvido.

La Academia de Medicina del Instituto de Chile emitió dos semanas más tarde, un fundamentado informe sobre los riesgos de la enfermedad en nuestro país. Pasó inadvertido.El documento reiteró dos o tres verdades fundamentales, empezando por asegurar que el riesgo de llegada a Chile del virus es muy bajo. Pero no descartó la necesidad de tener cuidado:

"Las medidas implementadas y por implementar en Chile en acuerdo con protocolos internacionales son necesarias, especialmente para prevenir el posible contagio al personal de salud, como se ha evidenciado a la fecha en Estados Unidos y España".

También destacó la Academia de Medicina que "en las últimas dos décadas Chile ha reaccionado bien para enfrentar amenazas epidémicas globales. Los aciertos y desaciertos en la preparación para cada una de estas situaciones debieran servir de base para que, como país, afrontemos cada vez de mejor manera una nueva amenaza".

Junto con ello, la Academia hizo un llamado a la prensa: "Los medios de comunicación deben trabajar junto a las autoridades de salud para entregar información fidedigna, objetiva, clara y oportuna, evitar la sobre reacción y la información parcial o tergiversada".

Y en eso quedamos. El ébola en Chile pasó al olvido, archivado en el recuerdo como las grandes epidemias del pasado. Pero no es así. No del todo.

Según los informes de este mes, finalmente parece que el virus ha sido controlado en Africa. Se habla de remedios recién desarrollados. Pero, igualmente, se invita a no pecar de optimismo.

Según The New York Times, lo que ocurre es que finalmente los africanos de los países más afectados, entendieron que el ébola es un problema real, que deben cuidarse y que, sobre todo, tocarse lo menos posible para evitar el contagio. Simple, pero efectivo.

Ha sido preocupante la baja participación ciudadana en las últimas elecciones, en especial desde que se aprobó la reforma que estableció la inscripción automática y voto voluntario. Significa que muchas personas se ponen al margen del mecanismo electoral, tal vez para expresar su desencanto. No obstante, ello debilita la democracia y da menos sustentabilidad a quienes son elegidos.

A pesar de la incipiente discusión, el Gobierno ha dicho que no se concentrará en el debate de una eventual vuelta atrás respecto al voto voluntario, para priorizar el trabajo de la reforma al sistema binominal. El jefe de comité de senadores de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, había abordado la necesidad de reponer el voto obligatorio, en reunión con la secretaria general de la Presidencia, Ximena Rincón, pero fue el vocero gubernamental, Álvaro Elizalde, quien declaró que esta iniciativa no está en la agenda política de la actual administración.

La Ley Nº 20.568 de inscripción automática y voto voluntario comenzó a regir el 31 de enero de 2012, estableciendo así que quedaban inscritas automáticamente en el Registro Electoral todos los mayores de 18 años, además de los extranjeros avecindados en el país por más de cinco años, sin que hayan sido condenados a pena aflictiva (tres años y un día o mayor) para todos los casos. Esto permitió incorporar casi cinco millones de votantes de una sola vez y la ley hizo su debut en las elecciones municipales de 2012. Sin embargo, en ese mismo momento la abstención comenzó a ser un factor en la política. La ley debutó con poco más de 5 millones 700 mil votos emitidos ante un universo de 13 millones 404 mil votantes.

El año pasado, las elecciones presidenciales terminaron en la segunda vuelta con 13 millones 573 mil ciudadanos habilitados para votar, pero sólo con 5 millones 694 mil votos emitidos. El momento más crítico se vivió en las primarias de 2013, cuando votaron unos 3 millones de electores.

Son estos resultados los que han llevado a algunos sectores a pedir que se revierta la Ley Nº20.568. Lo había hecho ya el senador Pizarro, como también lo había indicado el presidente del partido Socialista, Osvaldo Andrade. La Alianza es más cauta e incluso se inclina por darle más tiempo al voto voluntario. El voto obligatorio no garantiza sufragios válidamente emitidos. La clase política debe seguir percibiendo el sentir de la ciudadanía y el interés que capta hoy su actividad en la sociedad.