La entrevista desbaratada
María Teresa sigue triste. Lo advierto en sus ojos de mar. Me saluda con cariño y adhesión. Y a la inversa, aunque tendría que ser con mayor vigor.
La entreveo en mi residencia. Su visita es cálida y amable. Llega con su gran amiga Cecilia Saavedra, hija de don Sergio, paseante habitual de este lugar de cerámicas moriscas y albas paredes.
La mamá de Jorge Matute Johns, desaparecido el 19 de noviembre de 1999. Él tenía solo 23 años. Los videos grabados en la familia lo muestran como un joven festivo, sano y con alma de regalón.
Pero en la memoria de María Teresa la grabación es más a fuego y sin atisbos de perderse. Los últimos pasos hollados por Jorge permanecen en la discoteca La Cucaracha.
El 1 de diciembre se presentó la querella criminal por presunta desgracia. El misterio copó las páginas de Concepción y de los principales diarios del país. Y se anidó en el corazón de María Teresa, a quien tengo hoy muy cercana. Solamente el 12 de febrero de 2004 hallaron los restos del muchacho, a orillas del río Biobío.
Un mes después el Servicio Médico Legal atribuyó su muerte a causa de terceros y el 30 de abril de 2005 fue sepultado en la ciudad penquista.
Intuyo que el drama revive en el aliento de María Teresa cada vez que advierte trazas y trazos del hecho. El dolor es más agudo cada vez que el caso se cierra y se abre en la Corte de Apelaciones de Concepción.
Las fechas son solo hitos, apuntes, detenciones, datos demasiado impersonales para un acontecimiento que remece el corazón de la rubia María Teresa, que conversa a ratos con su amiga Cecilia Saavedra, quien está por partir a las Torres del Paine. No es la primera vez. Cecilia vivió años en Punta Arenas y recorrió esas maravillas del mundo.
Las sospechas se reiteran. Los nombres de presuntos implicados se repiten. Jóvenes que aparecen en una lista negra, de pronto cambian a otra con un timbre reiterativo: caso sobreseído.
Han pasado 15 años del desaparecimiento de Jorge Matute Johns. Son miles de días en el tránsito lloroso de María Teresa. Desgarradores. Desplomadores. Intensos. Ella no quiere que las fojas vuelvan a Concepción.
El ministro de Justicia, José Antonio Gómez, reitera la independencia de los poderes del Estado. Las investigaciones siguen. Pero no hay monotonía. Jamás.
Tal vez lo pude rescatar en un diálogo con María Teresa Johns. Sin embargo, mi memoria a ratos en extravío me impidió reconocerla cuando estuvo a 50 centímetros de mi cuerpo postrado.
Solo ahora recupero algunos gestos que capturé y ciertas esperanzas que iluminaban su rostro. Porque, lamentablemente, fue una entrevista desbaratada.