Caso Matute
Quince años han pasado desde la muerte del joven universitario Jorge Matute Johns, desaparecido la madrugada del 20 de noviembre de 1999 desde la discoteca "La Cucaracha", y los familiares aún esperan que se haga justicia y que se dilucide quiénes intervinieron en su asesinato.
Es comprensible el dolor que mantiene la familia, si se considera que en este tiempo no se ha logrado esclarecer qué es lo que ocurrió y quiénes son los culpables. Llama la atención que mayores avances se hayan logrado en el país en las investigaciones de atentados a los derechos humanos ocurridos hace cuatro décadas, en situaciones de estado de sitio o de emergencia, cuando algunos de los poderes del Estado no operaban, en un clima de ocultamiento de hechos y sin que existieran muchos registros. Pero la muerte de "Coke" Matute Johns ocurrió en momentos de normalidad institucional.
Hasta enero de 2004, cuando aparecieron los restos del joven, a orillas del río Bío Bío, la justicia esgrimía la inexistencia del cuerpo del delito como barrera para esclarecer un hecho que había adquirido relevancia nacional. Es indiscutible que crímenes sin resolver existen incluso en países con los mayores avances en investigación criminal. Pero en el caso Matute hubo muchas pistas falsas, contradicciones entre la actuación de Carabineros y la PDI, el distinto criterio para apreciar las pruebas recopiladas y el mayor o menor ímpetu con que los jueces se dedicaron al proceso, lo que minó la confianza de la familia y de la opinión pública en el sistema de administración de justicia.
El Poder Judicial debe hacerse cargo de preguntas válidas que los Matute Johns tienen respecto del caso y que han planteado durante este largo tiempo de espera. Mientras no se llegue a la verdad, la justicia y sus organismos auxiliares seguirán en deuda con los afectados, con todo el país, pero también con ellos mismos, considerando que a pesar de los recursos entregados por el Estado, hasta ahora el trabajo realizado no ha rendido los frutos que se esperan.
La jueza Carola Rivas es la cuarta ministra en visita que está a cargo del caso y lo ha hecho con mucha dedicación. Es de esperar que logre avances importantes y que finalmente se alcance el objetivo que todos desean: que se haga justicia.