El otro muro
El pasado 9 de noviembre se conmemoraron 25 años de la caída del Muro de Berlín. Un acontecimiento significativo para la historia reciente. Si bien el derrumbe del Muro significó culturalmente la derrota (otra más) del socialismo real que había estado (onmi)presente en gran parte del siglo XX, un sector importante de la izquierda mundial había desarrollado desde fines de los años setenta y durante los ochenta del siglo pasado, una autocrítica respecto a los llamados socialismos reales, sus derrotas y fracasos, por lo tanto, todo un proceso de renovación de las ideas de izquierda.
La caída del Muro y la posterior desaparición de la Urss, conllevó que Fukuyama escribiera sobre el "Fin de la Historia"; es decir, las democracias liberales, el neoliberalismo se habían impuesto y triunfado. Era el fin de las utopías y los metarrelatos. El inicio o mejor dicho la consolidación de un nuevo ciclo o momento histórico. El neoliberalismo había ganado la batalla cultural.
Pero la caída del Muro de Berlín, dio paso a la aparición de un nuevo muro, la construcción de otro muro. Es un muro invisibilizado, inmaterial (aunque también material) y sobre todo naturalizado. Es el muro del neoliberalismo que se ha instituido en nuestro país.
Es el muro del neoliberalismo que han hegemonizado y homogeneizado nuestra sociedad a través del pensamiento único, el cual se sustenta en la supremacía de la economía (técnica) por sobre la política, que además cuenta con grandes apoyos económicos, mediáticos y políticos. Es el muro del neoliberalismo que tiene alienado y colonizado (mentalmente) a los ciudadanos. Un muro que ha heteronomizado a las personas, es decir, éstas han modificado sus estados de voluntad aceptando una determinada dominación cultural (servidumbre voluntaria). Es el muro del neoliberalismo que a través de sus aparatos ideológicos instituye prácticas, normas, relaciones sociales, patrones culturales y un determinado lenguaje.
Es el muro del neoliberalismo representado por ejemplo en las construcciones y edificaciones que segregan nuestras ciudades y estigmatizan a sectores de la población. Es un muro que propaga el miedo y genera inseguridad, para así encerrarnos en nuestras casas, convirtiéndolas en fortalezas y no dejando construir vida en comunidad.
Es el muro del neoliberalismo cimentado en base a la despolitización, individualismo, consumismo, competencia, ganancias, precarización, abusos y explotación. En el fondo, un individuo cosificado y sociedad privatizada.
Ahí está este muro, internalizado, que a diferencia del Muro de Berlín que no dejaba salir, éste impide entrar para derribarlo. Ojala este muro, también desaparezca algún día, especialmente de la mente de las personas.