El Gobierno argentino descartó ayer la aplicación de revisiones salariales y bonos extraordinarios para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores por la inflación, pese a los reclamos sindicales que se tradujeron en convocatorias de paro en sectores como la educación o la banca.
"No convalidamos la reapertura de paritarias (negociaciones salariales) ni ningún tipo de negociación que contemple una modificación del impuesto a las ganancias", dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Desde el Gobierno tampoco han apoyado las peticiones de un bono extra de fin de año solicitados por las centrales sindicales opositoras para compensar una inflación que organismos independientes cifras en un 40%.
Los docentes de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, realizaron ayer la primera jornada de un paro de 48 horas en reclamo de la reapertura de negociaciones salariales (que no están previstas hasta comienzos de 2015) y de mayor presupuesto para Educación. El paro afecta a más de 3,3 millones de alumnos de escuelas públicas bonaerenses.
Este paro se solapará con el que tiene previsto iniciar hoy el sector bancario, que paralizará su actividad dos días para pedir un bono de fin de año y en rechazo al impuesto de las ganancias.