El Alzheimer y otras demencias en Chile: un desafío pendiente
Se conmemoró en septiembre el mes sobre el Alzheimer y este año, hubiéramos querido contar noticias positivas o hablar de una mayor repercusión de esta fecha.
El mejoramiento de las condiciones de vida y de la atención de salud han contribuido a que en las últimas cuatro décadas la esperanza de vida se haya incrementado en más de 10 años. Esto ha tenido como efecto un aumento de la cantidad de personas que portan enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
Se estima que alrededor de 35 millones de personas en el mundo tienen hoy algún un tipo de demencia, cifra que se duplicará cada 20 años, alcanzando 115 millones de enfermos en el año 2050. Considerando su alta prevalencia, su impacto en la calidad de vida de las personas y su alto costo, el 2012, la Organización Mundial de la Salud y Asociación Internacional de Alzheimer solicitó a los gobiernos declarar a las demencias una prioridad de salud y desarrollar planes nacionales para otorgar una adecuada atención a quienes viven con demencias con el fin de mitigar el impacto de estas enfermedades en los países. En Latinoamérica, al menos tres países han empezado a desarrollar planes nacionales.
Chile será en 2020 el país más envejecido de Latinoamérica, por lo que urge pensar en políticas públicas para las demencias dado que aquí no contamos aún con planes de atención y de cuidado efectivos para estas personas. No podemos dejar que las personas con Alzheimer y sus familias asuman solas la enfermedad. La falta de ayuda, entre otras consecuencias, hace que se creen enormes desigualdades entre las familias que pueden costear ayuda externa y aquellas en las que un familiar debe dejar de trabajar para cuidar al enfermo.
En Chile, más de 180 mil personas (1% de los chilenos) presenta algún tipo de demencia, cifra que se incrementará a más de 3 millones de personas (3% de los chilenos) en 2020. El estudio Carga Mundial de las Enfermedades 2010, publicado el 2013, mostró que, entre 1990 y 2010, la cantidad de años perdidos por discapacidad o muerte causados por las demencias se incrementó en más del 200%. En los últimos 20 años, la cantidad de muertes atribuidas a demencias aumentó en un 526%.
Estas cifras son demasiado elocuentes a la hora de evaluar la preeminencia que debe corresponder a las demencias en las políticas públicas. Es urgente diseñar e implementar políticas públicas articuladas mediante un Plan Nacional.
Dr. Ennio
Vivaldi Vejar
Rector U.
de Chile