Secciones

Gira del Teatro Mori trae obra de carácter familiar

E-mail Compartir

Luego del aplaudido montaje de "Piaf, concierto íntimo", la gira "Teatro Mori Movistar 2014" trae a Concepción el montaje familiar "La maleta en el cerro" de Cantando Aprendo a Hablar. Se agendaron dos funciones, para el martes 4 y miércoles 5 de noviembre, 19 horas, en el Teatro UdeC.

La obra cuenta las aventuras de cuatro personajes que buscan una misteriosa maleta en la cima de un cerro.

En este contexto, los actores-cantantes interpretan algunos de los temas reconocidos del grupo.

Las entradas tienen un valor de $ 3.000 general y 2x1 Club Movistar.

"Es un personaje que sigue estando vigente"

E-mail Compartir

"Sólo la muerte puede liberarlo a uno de cometer locuras", dice el físico alemán caracterizado por Nissim Sharim antes de irse a una fiesta. Antes, también, de que el escenario se vaya a negro en un breve entreacto de "Einstein", la obra del canadiense Gabriel Emanuel que la USS trajo a Concepción, en una itinerancia en el marco de los 25 años de la institución.

Y esa máxima pareciera ser la que se adecua a la trayectoria de Sharim, director y fundador del Teatro Ictus (1955), quien en más de medio siglo sobre las tablas ha abordado innumerables proyectos. No sin transformarse al máximo, adaptándose a escenarios cada vez más cambiantes, quizás más que los que le corresponde subir para desarrollar sus papeles.

"Einstein" ya se presentó en la USS Puerto Montt y Valdivia. Esta semana es el turno de Santiago, culminando la gira. "Luego voy a descansar un poco", comenta, mientras se toma un café.

El montaje que lo trajo a la capital regional se estrenó en 1995. "En esa oportunidad, fuimos a un montón de lugares, estuvimos más de un año con presentaciones. La guardamos, porque en todos estos años hemos estado orientados más que nada a mantener nuestro equipo, y como esta obra necesita de un solo actor, no nos servía mucho para ese propósito. La idea es incluir a más elenco en nuestras propuestas", señala el actor que popularizara al personaje "Perico", hace algunas décadas, aquel a quien sugerían debía comprarse un auto.

- Como hoy son muy pocas las agrupaciones dedicadas a lo cultural, tuvimos que jugárnosla por una propuesta que nos diera seguridad que atraería a mucho público. Revisamos el repertorio, analizamos lo exitosa que fue, y decidimos revivirla.

PERSONAJE VIGENTE

Sharim se debate entre el sí y el no, cuando se le consulta sobre si es lo mismo montar la obra ahora en relación a las dos décadas que han pasado desde su estreno.

"En la madurez plena en la que estoy, comprendo más el sentido de vigencia que tiene el personaje, el Einstein de la historia, como el de la obra. Antes de la puesta en escena, veía a Einstein como un genio científico, con algunos ribetes humorísticos interesantes. Ahora lo sigo viendo en esa línea, pero el gran efecto teatral que tiene transformarlo, camuflando el descubrimiento científico con el juego, con lo lúdico. Te permite entender la realidad de lo que él hace, más allá del lenguaje científico exacto. Es un personaje con una vigencia que hay que aprovechar", indica.

- Ambos. Cuando he visto fotografías de Einstein joven, y las he comparado con las mías, me doy cuenta de que en algunas etapas nos parecemos mucho. Incluso, más de alguna vez soñé con el personaje, me sentí como si hubiese sido un sobrino de él, o algo parecido. Todo este trabajo indudablemente me permite también desarrollar un diálogo entre algunos aspectos y pasajes de Einstein con guiños de mi propia vida.

- Paula (Sharim, actriz conocida fundamentalmente a través de la televisión) dirige esta temporada por primera vez. Más que nada ella ha respetado mucho la versión previa. Ello ha contribuido a enriquecer aportes tanto de ella como de nosotros (...) Se ha potenciado el proyecto.

SIN TIEMPO PARA ESPERAR

La Sala del Teatro Ictus queda en el Barrio Lastarria. Nissim Sharim se advierte preocupado por el teatro que fundó, y por la continuidad de un proyecto que lleva más de 50 años en las tablas, con grandes nombres de la escena nacional asociados a él.

"No han sido buenos tiempos para el Ictus. No hemos podido conseguir recursos para tener un equipo constante. Rotamos mucho", se sincera. "Lo que hacemos, lo hacemos con la buena voluntad y el cariño de los actores que han pasado por nuestras puertas, y que incluso aceptan condiciones precarias en cuanto a remuneraciones. Es una época crítica en materia de recursos. Eso es lo más grave de todo: no poder trabajar tranquilo, sin saber si vas a contar con fondos para mantener la sala para seguir funcionando".

Aunque suene a paradoja, acota, cuenta que durante la dictadura, "en que era casi un suicidio insistir en cultura y el arte", el Ictus se vio más fortalecido.

"¡Tuvimos suerte de que no nos cerraran el teatro! Conseguimos financiamiento extranjero y creamos un circuito alternativo de televisión consciente. Grabamos 50 ó 60 programas, y además pudimos invertir en la producción de las obras de teatro que estuvieron en cartelera todos esos años", dice.

- Mucho, me sentía aterrado. Pero el miedo te daba fuerzas para contar lo que tenías que contar.

- No, siempre hay público. Es un tema mayor, de lo que pueden hacer organismos oficiales frente a compañías de espectáculos culturales. Los públicos son el fin último, no podemos esperar que ellos financien todo lo que hacemos.

- ¡Muchas veces! Y me piden que "espere". Y esperamos… pero ya no se puede más. Ni siquiera sé si el Ictus estará vivo como teatro en 2015 ó 2016. Todo esto se debe a no entender la importancia que tiene para una sociedad la actividad cultural, incluso, de cómo puede ser inversión social. Ahora se plantean los cambios a la educación, está la discusión de la reforma y, obviamente, el arte en ello es fuente de educación, más que ninguna otra experiencia.

- Los emergidos, como nosotros y otras compañías, tienen una trayectoria que ofrecer. Los emergentes, para diferenciarse desesperadamente, se suben a los zancos y crean propuestas inmaduras. Y eso se nota. El valor diferenciador tiene que ver con la madurez. Cuando eres capaz de contar una historia que relaciona el cuento de la intimidad con un "macro cuento", el cuento del mundo. Es ahí cuando el lenguaje se vuelve universal. Y no tiene que ver ni con zancos ni carnavales.