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Hualqui hizo un "flashmob" folclórico

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Una expresión que nació junto al actual fenómeno de las redes sociales es el "flashmob". Se trata de un videoclip donde una persona inicia una canción, a la que luego se van sumando otros intérpretes en la medida que la cámara va haciendo un extenso recorrido. Empresas, universidades u centros comerciales suelen realizarlos como una manera de difundir y plasmar sentimientos de compañerismo y amistad.

Ayer, en la Plaza de la Independencia, se realizó un flashmob que desde ya se instaura como un hito. Por primera vez se realiza con música folclórica y bailarines de cueca. El hecho llamó la atención de los transeúntes que cerca del mediodía transitaban por ahí.

JORNADA CERO ALCOHOL

La experiencia fue realizada por el municipio de Hualqui como una manera distinta de difundir el festejo de su aniversario 257. Las actividades parten mañana en la tarde en la plaza de esa comuna, y siguen hasta el fin de semana con invitados de la talla de Illapu (viernes, 20 horas), el evento "257 cuecas por Hualqui" (sábado desde las 10 horas) y un domingo que culminará con los shows de Filomeno y Luis Jara. Se suman conjuntos folclóricos, feria de artesanía, muestras gastronómicas y juegos típicos.

El alcalde Ricardo Fuentes reconoció que al principio tuvo dudas sobre la realización de esta innovación folclórica, pero expresó su satisfacción por el resultado.

"Es una linda invitación para conocer una comuna que crece en lo turístico y cuya gente es amable y consciente de su historia y tradiciones. Será una linda fiesta que incluirá nuestra exitosa política de cero alcohol", dijo.

"Matar a un hombre" pone a la zona en el centro del cine

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Más allá de la proyección mediática que pueda tener "Matar a un hombre" (2013), a raíz de su postulación al Oscar como Mejor Película Extranjera, proyecta al Bío Bío como una Región valiosa en cuanto a locaciones y gente talentosa. Sin exagerar, anotemos que la música compuesta por el penquista Pablo Vergara se escucha como una de las bandas sonoras más interesantes del medio nacional en la última década. Proyecta la propuesta de un artista culto, de actual residencia en Nueva York, con mucho cine y sonidos en su disco duro personal.

Son éstos los detalles que, finalmente, marcan la diferencia entre una obra de consumo en el cine chileno -"Fuerzas especiales"- y aquellas que vuelan un poco más alto, con miras a convertirse en una obra artística que provoca y conmueve el espectador.

Por lo demás, un receptor que no es de gustos masivos, sino que opta por expresiones con otra sensibilidad. Ahora hablamos de cine. "Matar a un hombre" no es una película masiva, tampoco pretende serlo, aunque sí colma un espacio que en este país prefiere omitirse en favor del espectáculo, como diría Gilles Lipovetsky.

La cinta de Fernández, recién ganadora en Valdivia, se puede parar con mucha propiedad en escenarios de gusto cinematográfico como Sundance, Goya u otros festivales. Finalmente, es en instancias como ésta donde se ve el cine que un porcentaje de público -menor- clama para carteleras comerciales amorfas y sin asunto.

POSIBILIDAD DE VERLA

Lo más probable que esta tarde, desde las 19 horas, la sala de Artistas del Acero (O'Higgins 1255) esté copada en su capacidad (150 personas). La razón, allí se va a proyectar el tercer largometraje de Alejandro Fernández Almendras (es con invitación), luego de "Huacho" (2009) y "Sentados frente al fuego" (2011).

La anterior, quizás, sea la cifra -un poco más, un poco menos- que sume la película, luego de una semana en la cartelera de Cinemark Mirador Bío Bío.

Sin embargo, más allá de la taquilla, lo interesante es que la cadena también exhibe la producción filmada en Tomé hace dos años. A ver si el incentivo sigue y se atreven con producciones del tipo paralelas, pero que igual generan interés en Concepción, la segunda ciudad más importante de Chile. Insistimos, por estilo, opción y punto de vista; el cine de Fernández no es masivo. Por lo mismo queda fuera de cualquier requerimiento numérico, en un país de listas y rankings de los más y los menos. Este tipo de producciones apuestan más a largo plazo, a lo que algunos llaman "formación de audiencias".

Lo importante hoy, la cinta puede verse en la capital regional, y es obligación del interesado concretar su visionado.

UN TEMA GLOBAL

"Matar a un hombre" pone en pantalla una historia que le puede pasar a cualquier en cualquier parte del mundo. De manera minimalista, allí donde los planos dan espacio y tiempo al espectador, Fernández desarrolla en 75 minutos el molesto acoso y presión que ejerce un personaje llamado "Kalule" (un Daniel Antivilo de antología) a una familia de clase media: vive y transita alrededor de Tomé.

Allí, en bloques de departamentos decidores para el transcurso de los hechos, desarrollan su diario vivir sin más novedad que la rutina laboral o escolar, sólo trastocada por la celebración del cumpleaños del hijo, Jorgito (Ariel Mateluna). Desde ahí se va a desencadenar una pesadilla interminable para la familia, básicamente por el empecinamiento y ociosidad de "Kalule". Molesta con acciones que no son tomadas en cuenta por la justicia. Tomando estas circunstancias, en forma paralela y en silencio va a comenzar a tejerse la forma con que el padre pretende darle fin a la situación.