Editor interamericano
A medio tránsito de la década del 60 entré a Las Últimas Noticias, de la mano de Nicolás Velasco del Campo, su director. Era mi profesor en la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica.
El popular Julio Martínez fue mi primer jefe en deportes. Un día ingresó a la oficina un joven de ojos claros y vivaces. Era Mauricio Montaldo, Jefe de Crónica. Me persuadió para mi traslado y comencé a escribir con matices literarios. Hoy reside en Miami y está en Santiago a cargo de la exposición gráfica de los 70 años de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP), de la cual es editor internacional. La 70ª Asamblea General se realizó en la sede de Cepal, con seminarios enfocados en las necesidades de los medios regionales; la empresa editorial, digital y tecnológica. Las discusiones centrales giraron en torno de la libertad de prensa.
Mauricio lleva diez años en la SIP. Antes fue agregado de prensa del gobierno de la Unidad Popular en Ecuador y asesor de prensa del presidente Rodrigo Borja, de ese país.Es compilador y editor de las publicaciones de la SIP. Me regala "oradores invitados", antología de discursos magistrales.Van desde John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos, poco antes de que lo asesinaran, a Gabriel García Márquez; de José Luis Rodríguez Zapatero a Ricardo Lagos Escobar; de Bill Clinton a Bill Gates; de Felipe González a Bob Woodward; de Fernando Belaunde a José Miguel Insulza; de Jorge Edwards a Camilo José Cela.
La presentación de Tomás Eloy Martínez invita a aplaudir, adherir, acaso llorar por las significativas coincidencias. Si es por citas, todo el discurso. Espigo solo algunas: "no es por azar que, en América Latina, absolutamente todos los grandes escritores fueron alguna vez periodistas: Borges, García Márquez, Fuentes, Onetti, Vargas Llosa, Asturias, Neruda, Paz, Cortázar".
Mauricio Montaldo selecciona: "a comienzo de los años '70 solía decirse que en América Latina se leían pocas novelas porque había una inmensa población analfabeta. A fines de esa misma década, hasta los analfabetos sabían de memoria los relatos de novelistas como García Márquez y Cortázar, por el simple hecho de que esos relatos se parecían a las historias de sus parientes y sus amigos.
"Contar la vida, volver a narrar la realidad con el asombro de quien la observa y la interroga por primera vez: esa ha sido siempre la actitud de los mejores periodistas y esa será, también, el alma con que los lectores del siglo XXI seguirán aferrados a sus periódicos de siempre".
Tomás Eloy Martínez concluye: "En éste continente estamos escribiendo, sin la menor duda, el mejor periodismo que jamás se ha hecho. Ahora pongamos nuestra palabra de pie para fortalecerlo y enriquecerlo".
Así sea.