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'Drácula, la leyenda jamás contada': ¿para qué despertar al vampiro?

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'Drácula, la leyenda jamás contada' (2014) es de esas películas que atraen por el título. Finalmente, pueden encaminar al espectador hacia una grata sorpresa en el género o, simplemente, adormecerlo en la butaca.

El caso que acá tratamos apela a la segunda alternativa. Posiblemente, esto se explique por la inexperiencia de un director debutante -Gary Shore- y un par de guionistas, también primerizos (Matt Sazama y Burk Sharpless). Por ahí son de los que creen que las películas se construyen a partir de la generación de atmósferas más que un relato (con atmósfera).

Desde los primeros minutos de lo que podemos considerar una precuela enfocada en la vida de Vlad Tepes y su tránsito para convertirse en 'Drácula'; la cinta adolece de un ingrediente clave en este tipo de relatos: el misterio.

TRÁGICO DESTINO

Shore y los suyos se dedican a sumar una serie de situaciones en torno a este príncipe rumano, que inspiraría a Bram Stoker a escribir su popular novela en 1897. De este modo, 'Drácula, la leyenda jamás contada' teoriza y expone libremente en pantalla el curso de los hechos y las razones por las cuales Tepes se convirtió en vampiro.

Mala o buena, ésta no es más una nueva producción sobre un personaje en esencia romántico, sufrido y cuya transformación se proyecta como una rebelión contra sus propias creencias y fe.

La tragedia deviene acá en 92 minutos en torno a los cuales el personaje interpretado por Luke Evans se debate sobre si debe o no entregar a su hijo (y familia) a los otomanos en medio de sus ansias expansionistas. Duelo de poder y diálogos algo obvios llevan la situación al límite. Es ahí cuando el personaje central cae en las redes de la desesperación histérica, por más que su recio pasado de 'empalador' lo haya convertido en alguien de temer.

Por el contrario, su pueblo es débil en todo sentido. Por lo tanto, a Vlad no le queda más que aceptar su destino y viajar a la soledad del encuentro con un ser de esencia siniestra. Es este vampiro original (la leyenda que toma cuerpo) quien lo convence para transformarse en alguien con poder ilimitado. De paso, podrá ayudar a los suyos y sellar así la tragedia de un destino 'light'.

Con una trama lineal, que no se atreve a poner a los personajes en su contexto, este nuevo acercamiento a uno de los seres más citados de la historia del cine; se transforma en una seguidillas de cuadros sin mayor sustancia.

Shore construye una de esas obras que pecan por la acción física y abuso de tecnología, aspectos que le quitan esencia al personaje. La aventura y el mito vampírico se transforman en un algo que no se interna en nada, no se interesa en ello, sólo justificar el gasto. Esto hace que la cinta parezca un malogrado filme para TV de una serie que no tuvo posibilidad de salir al aire.