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Alerta con los incendios forestales

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Comienzan los días cálidos y volvemos a estar alerta y preparados para enfrentar los incendios forestales, desastres que pueden provocar pérdidas incalculables desde el punto de vista social, ambiental y económico.

Anualmente en Chile se queman 50 mil hectáreas, con efectos evidentes en la destrucción del suelo, biodiversidad y capa orgánica.

Debemos estar alerta. En el tema de prevención siempre son importantes dos elementos: el primero tiene que ver con la ocurrencia y el otro, con el combustible.

En comparación a otros países, la ocurrencia de incendios en Chile no se generan producto de las condiciones climáticas, sino que son causados por el hombre, por lo tanto, somos todos responsables de evitar la mayor o menor cantidad de siniestros en lugares determinados.

Es importante que todas las personas que viven en un lugar cercano a los bosques, tengan conciencia que los únicos que puede causarles daño son sus propios vecinos o personas que circulan por el sector.

Por lo tanto, debemos trabajar en conjunto para evitar esa ocurrencia que tiene un responsable que puede estar muy cercano a nosotros.

Luego, en una segunda instancia, se debe establecer el manejo de combustible existente, donde se pueden hacer muchas cosas hacia el interior de lo urbano, tales como: evitar la acumulación de basuras o escombros en el perímetro de las viviendas, construir con materiales ignífugos o no inflamables, mantener o crear áreas verdes, limpiar los techos de musgos o pastos, tener fuentes de agua cerca y disponibles, mantener los arbustos podados con baja altura en patios interiores, entre otros. La zona perimetral rural o llamada interfaz debe estar limpia de matorrales, basuras y escombros, con un cortafuego que evite la propagación del incendio que se genera en las inmediaciones.

Todos juntos debemos ser capaces de descubrir y denunciar. Es muy importante que la sociedad entera se dé cuenta de la gravedad de lo que pasa cada año, ya que no hay nada que justifique los hechos de esta naturaleza generada por la acción de unos pocos irresponsables que ponen en peligro la vida de las personas, incluido nuestros valerosos brigadistas, que sin ellos los efectos serian insospechados.

Es el futuro de miles de personas la que está en riesgo, por lo que debemos proteger nuestras familias, fuentes de trabajo, la posibilidad de desarrollo de las comunidades que se extienden a lo largo del país y en donde todos debemos estar alertas para denunciar y evitar los incendios.

Las autoridades correspondientes sabrán sancionar con las máximas penas, tanto a los responsables directos de estos hechos, como a quienes pudieran protegerlos equivocadamente.

Germán Neumann

Líder Comité de

Protección Corma Biobío

Anticipaciones equívocas: su impacto en el declive económico

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Describir un futuro hecho económico, social o político es siempre incierto: puede o no ocurrir. Las personas son libres de anticipar sobre estas materias según les parezca.

Pueden anticipar datos que les resultan muy probables, así como, ocurrencias que están en contra de sus mejores antecedentes, pero que entregan una señal evidentemente errónea. Independiente de lo que ocurra con su pronóstico emitido, el autor(a) puede ignorarlo cuando ocurra o puede dar una explicación en cuanto al no acierto o acierto de su vaticinio, o, bien, describir hechos que ocurrieron en el intertanto, que desviaron su dato con respecto al real o pedir disculpa por sus errores o revisar su metodología. Esto no tiene importancia cuando la persona y los hechos que anticipa son irrelevantes para la comunidad o se hacen en forma privada.

Es diferente cuando se anticipa un determinado resultado, con valores absolutos o en rangos, como por ejemplo: que tal política pública producirá una determinada tasa de inversión privada para el año 2017. Este tipo de anticipación debe ser tomada con recelo, porque está negando lo intrínsecamente incierto del futuro y de que si bien la política pública puede influir en la inversión privada, en el tiempo que transcurra entre hoy y el 2017 de seguro ocurrirán muchos hechos que puedan producir una tasa muy superior o muy inferior a la anunciada en su predicción.

Lo anterior es obvio, pero... no cuando se anticipó, en septiembre de 2013, que la inflación a fines de este año podría ser 2,8% y que el PIB crecería entre un 4 y un 4,5%. Porque hoy día se tiene un IPC acumulado a 12 meses tocando el 5% y se anuncia un PIB a fines año de sólo 2% o menos y con un Imacec del mes de agosto que es casi cero, una declinación económica impresionante.

En este caso la anticipación y la realidad difiere sustancialmente: es una desviación asombrosa. ¿Se entregará alguna explicación? y ¿Por qué se enunció un número o un rango tan preciso y exacto para describir hechos futuros inciertos, sobre elementos que tienen tan fuertes repercusiones en el traspaso de la riqueza nacional y en las decisiones políticas gubernamentales y también económicas de empresas y personas del país, Región del Bío Bío y el Gran Concepción?

Podrá haber muchas razones, mas es importante que se conozcan, porque ponen en grave tela de juicio los métodos usados para anticipar y la credibilidad de otros profesionales. Pareciera que algunos toman la economía como una evolución constante destinada "más a redistribuir riqueza que a crearla". Se demanda una "bonus explicatio" y que no se diga que la inflación es un impacto de una vez, puesto que una vez que ocurre sigue horadando los ingresos en pesos de millones de chilenos, empresas e instituciones.

Omar Villanueva Olmedo Director

Olibar ASConsult Int´l Ing.

Comercial/Auditor

U. de Chile.