Repensar la educación prefigurando la escuela del futuro
Sólo es posible articular una mirada prospectiva acerca de las tendencias de la educación del futuro, cuando vinculamos nuestros sueños de innovación con los cambios que emergen insistentes desde experiencias que se producen cotidianamente en muchas aulas de hoy. Los profesores y estudiantes que se atreven a modificar sus prácticas pedagógicas, constituyen el antecedente necesario que emerge de la realidad educativa y que prefigura la escuela del futuro.
Cuando buscamos ideas nuevas, que deseamos se constituyan en principios rectores de la innovación, es necesario considerar que toda idea nueva puede proceder de dos fuentes principales.
Por una parte, el hombre se remite al conjunto de experiencias previas que han articulado su vida y le han aportado el repertorio de conocimientos y vivencias necesarias para comprender mejor y con mayor profundidad los acontecimientos y fenómenos que constituyen su tramado existencial. Por otra parte, las ideas nuevas son el resultado de las exploraciones que realiza el hombre acerca de las realidades posibles, de lo que es probable gestionar en el acontecer individual o social para generar cultura.
La existencia del hombre se funda en los individuos, sujetos peculiares e irreproducibles, pero se proyecta inevitablemente en la dimensión social, que aporta el conjunto de creencias y creaciones colectivas que conforman el referente cultural. Las ideas que los hombres son capaces de desarrollar se inspiran inicialmente en sus creaciones provenientes de la realidad tangible e inmanente, la realidad de las cosas y de la ideas, y en sus visiones y sueños acerca de lo que posiblemente constituya el futuro, los procesos en los cuales se ve involucrado irremediablemente y las tendencias que los marcan, conformándose el vínculo natural entre las realidades de hoy y la posibilidad del mañana.
Esta dinámica bidimensional nos permite ser sujetos remitidos a las características de nuestra individualidad y a nuestro entorno etnohistórico, social y cultural, a la vez de expresar nuestras esperanzas sobre lo que es posible llegar a ser o lo que creemos probable llegar a conocer. Por lo tanto, siempre estamos reflexionando acerca de lo que hemos sido y lo que quisiéramos ser, sobre nuestra tradición cultural y nuestros proyectos de vida.
La educación cambia cuando cambia el hombre, el hombre cambia cuando cambia su cultura, la cultura cambia cuando cambia la forma de ser inteligentes, las nuevas formas de ser inteligentes se manifiestan en claves de transformación de las costumbres y de las relaciones entre los hombres. La cibernetización de la sociedad es una de esas claves, la epistemología virtual, el "homo ciberneticus", el currículum cibernético son algunas otras claves que nos conducen a la necesidad de repensar la educación.