De proyectos anteriores y futuros: Morrillos de Perales
El intendente Rodrigo Díaz dice que postulará la idea y el financiamiento para construir un memorial de la declaración de la independencia de Chile por O´Higgins en los Morrillos de Perales, sector Las Higueras de Talcahuano.
Puede que él lo sepa, pero igual es bueno recordarlo, que en 1986 la Municipalidad de Talcahuano convocó nada menos que un concurso nacional de arquitectura con el mismo objetivo y, habiendo concursado varios equipos de arquitectos locales y del país, se adjudicó el primer premio el equipo encabezado por la arquitecta paisajista de Santiago Marta Viveros, destacadísima por sus obras y la docencia en el área de la Arquitectura del Paisaje. Mi oficina profesional obtuvo un segundo lugar, con la colaboración importante del entonces joven escultor local José Vicente Gajardo, hoy con una destacadísima trayectoria nacional e internacional.
Como suele ocurrir con los concursos, el proyecto ganador (y ningún otro) nunca se materializó, y el terreno sigue siendo un morrillo agreste, descuidado y erosionado, no obstante su privilegiada vista hacia las dos bahías porteñas (por algo don Bernardo estaba allí con sus tropas observando el desembarco de la fuerza de tarea española que venía a retomar para el imperio la perdida colonia).
Tengo malas experiencias en esto de recordarles a autoridades nuevas acciones anteriores que pretendieron lo mismo que ahora quieren hacer. Me pasó con el Parque Cerro Caracol, que quieren materializar tanto el gobierno actual a través del Minvu como la Municipalidad local, dueña del terreno, idea que en verdad comenzó a gestarse en el gobierno de Piñera (pues entonces se hizo el convenio de traspaso de la propiedad municipal al Minvu para que este hiciera la inversión). Informé entonces detalladamente a las autoridades en este juego que en 1980 se hizo un gran concurso nacional de ideas para este gran parque, y que fue ganado de manera unánime, según el jurado, por mi equipo profesional interdisciplinario; que se contrató y realizó después el Plan general y los proyectos técnicos específicos; que la materialización posterior fue muy parcial y que terminó paralizándose por la falta de recursos municipales para esa escala de inversión pública (lo que ha sido una historia recurrente en nuestra ciudad).
Cuando se iniciaron gestiones políticas y técnicas para llevar adelante nuevamente esta idea, ahora con voluntad política y fuerza financiera, ofrecí al alcalde y al seremi de Vivienda y Urbanismo que, si no querían mi colaboración, al menos recibieran los documentos técnicos antes elaborados, que eran valiosos y muchos.
El alcalde me contestó que el proyecto ya no era de su incumbencia y el seremi de entonces, mi colega Rodrigo Saavedra contestó muy cordialmente, pero manifestó que su mandato ya terminaba con el cambio de gobierno, y creía que la nueva autoridad (mi otro colega Jaime Arévalo) tal vez se comunicaría con mi equipo. No ha sucedido nada de eso y es obvio que ya no va a suceder: nunca aquí un nuevo gobierno retoma con continuidad real lo que comenzó el anterior (menos aun los procesos administrativos), lo que parece ser el sino de Chile (y de tantos proyectos de arquitectura, ingeniería o infraestructura).