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Por la razón o la fuerza

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Haciendo gala de nuestro emblema patrio, observo cómo en la práctica muchos de nuestros comportamientos se enmarcan sobre la máxima de la "razón o la fuerza".

Infelizmente muchas personas funcionan así, restringiendo sus conductas con argumentos que justifican su permanencia, con un "hay que, tener que o deber", externalizando la frustración con un "si te gusta, bueno", llegando finalmente al bloqueo de estar en pareja desde la compensación de que es eso lo que hay.

Es muy interesante observar las motivaciones de las personas por, de alguna manera, salvar sus relaciones tomando como referencia los años que han pasado juntos, los hijos que tienen o todo cuanto han construido o simplemente, como ellos dicen, porque es difícil separarse.

Desde esos simples argumentos de vida queda de manifiesto el peso de lo que es vivir por la "razón o la fuerza", restando importancia al elemento excluyente para hacer terapia, que es trabajar desde la base de ambos se quieren y/o se aman, pero que están dolidos, frustrados o estresados.

Sobre la base del primer argumento poco o nada se puede hacer, ya que con el pago de las sesiones no brota la ausencia de amor. No obstante en el segundo caso con dejar de hacer aquello que no les funcionado, el amor puede volver a renacer.

Eso está supeditado también a cuán deteriorada está esa relación, porque no es lo mismo luchar sobre la base de que son los dos que se aman pero están mal, a llevar esta lucha a un escenario en donde es uno el que ama y el otro quiere mucho. Menos un escenario en que es uno el que arrastra al otro para que entienda, como una argumento patrio.

Cuando uno se sitúa en la vida desde el deber limita la relación a un "si no es A es B", excluyendo el querer de esta ecuación. Por lo tanto, el amor queda en una permanente confrontación, olvidando que es recíproco desde el simple deseo personal de que se está con la pareja por libre y espontánea voluntad.

"El estudio del Microbioma Humano está abriendo muchas puertas"

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Con la premisa de que en una década se podrían diagnosticar y curar todas las enfermedades comenzó el Proyecto del Genoma Humano. Aunque se avanzó más lento de lo esperado, éste impactó fuertemente. Y es que por primera vez la comunidad científica se dio cuenta de una serie de patologías genéticas de las que no tenían una idea muy clara y eso comenzó a abrir las posibilidades para generar potenciales tratamientos. Así lo cuenta el tecnólogo médico Patricio Manque, doctor en Microbiología e Inmunología, quien agrega que "con el Genoma Humano se abrieron muchas puertas y es necesario que cada una de ellas vaya siendo explorada. Por ejemplo, se desarrolló un nuevo concepto llamado Medicina Genómica o personalizada, que significa que basado en el perfil genético de un individuo se puede determinar cuál es el medicamento más apropiado, así como la susceptibilidad y resistencia a ciertas enfermedades. Por lo tanto se están sentando las bases para una nueva evolución o nueva forma de entender la medicina".

NUEVO CONCEPTO

El Proyecto del Genoma Humano, dice, permitió el desarrolló de una serie de tecnologías, como la Secuenciación Masiva Paralela. Gracias a ésta fue posible que se comenzara a mirar el Microbioma, área en la que desde hace algunos años el experto está trabajando, posterior a que en Estados Unidos se lanzara "The Human Microbiome Project" (El Proyecto del Microbioma Humano). Fue ése el motivo que lo trajo a Concepción a dar la charla inaugural del "17 Congreso Nacional y Primer Congreso Internacional de Tecnología Médica", llamada "Microbioma Humano: un nuevo universo dentro de nosotros".

Pero, ¿qué significa este concepto? Explica que es uno que surgió como parte de la Revolución Genómica. Ésta, puntualiza, es considerada la tercera gran revolución de la historia de la humanidad, después de la Industrial y la de los Computadores. "La Revolución Genómica, en el fondo nos permitió mirar, por primera vez, todos los genes que forman parte de un organismo. Partió con el Genoma Humano y se fue extendiendo. A partir de eso pudimos preguntarnos cuáles son los organismos que llevamos dentro de nuestro cuerpo y así surgió este concepto de Microbioma que se refiere a todos las bacterias y microorganismos que cargamos en nuestro cuerpo", sostiene. Y los números son sorprendentes: tenemos por lo menos diez veces más bacterias en nuestro organismo que células. De hecho, se estima que el Microbioma Humano, pesa entre dos a tres kilos.

FASE INICIAL

Aunque el Proyecto del Microbioma Humano lanzó su fase dos, lo que significa que en los próximos cinco años se tenga una visión global de su composición, según Patricio Manque lo más relevante es que ya se puede saber que hay una serie de enfermedades o cambios en el Microbioma que se relacionan con condiciones como los Trastornos del Espectro Autista o algunas patologías neurodegenerativas como el Parkinson. "Tenemos cien veces más genes en nuestras bacterias que en el organismo, entonces es un área que se encuentra en mucho desarrollo, en que se están estudiando muchas enfermedades también", puntualiza.

Sin ir más lejos, el profesional cuenta que hace alrededor de dos semanas se publicaron los primeros datos que muestran que cuando se reemplaza el azúcar por endulzantes, estos productos estarían cambiando el Microbioma de una persona, "lo que, efectivamente, podría llevar a dar inicio a algún tipo de síndrome metabólico".

NUEVAS PERSPECTIVAS

Manque es director del Centro de Genómica de la Universidad Mayor y decano de la Facultad de Ciencias de la misma universidad, entidad que en este minuto cuenta con un par de programas dedicados a estudiar el Microbioma, uno relacionado con infecciones y un plan piloto de estudio para vincular el microbioma con el Parkinson. En este último está trabajando él. "El estudio del Microbioma está abriendo muchas puertas, primero porque al conocer las bacterias y que éstas cambian durante una enfermedad, puede ser que, en algunos casos, podamos reestablecer aquellas que se pierden durante una patología. Por ejemplo, está demostrado que hay ciertas bacterias que desaparecen en el intestino cuando hay ciertas condiciones patológicas, por lo que se podría pensar que si se crea un yogurt que las restituyera, se podría recomponer el denominado Microbioma. Además están apareciendo nuevos target terapéuticos, nuevas proteínas, nuevos genes que podríamos bloquear para pensar en modificar y curar estas enfermedades", afirma.

En ese sentido, comenta que con el desarrollo y el mayor conocimiento que se tenga en el futuro sobre el Microbioma Humano existiría la posibilidad de crear fármacos basados en los genes que se puedan encontrar, también anuncia que el mundo de los probióticos se viene fuerte, porque esas bacterias que se toman en el yogurt podrían ser modificadas para, por ejemplo, entregar proteínas que estén faltando o bloquear aquellas que no se quieren. Agrega que "ya se ha probado que el Microbioma, por lo menos en estudios del modelo animal, tiene implicancias de diagnóstico. Por ejemplo hay algunos estudios que dicen que existen poblaciones bacterianas exclusivamente asociadas a la presencia de tumores, por lo tanto podría ser una herramienta diagnóstica y justamente esa es una de las áreas profesionales de los tecnólogos médicos. El Microbioma es un ámbito bastante candente en el mundo científico y yo creo que ahí está la invitación a los profesionales".