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Adularás a tu prójimo

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Talvez el "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", por extensión incluya, el "Adularás a tu prójimo como a ti mismo", porque esta acción de adular, halagar, exaltar, loar, lisonjear y sobre todo embelecar con zalamerías, es bien vista en nuestra sociedad en general.

Una observa cómo otorga cuantiosos dividendos a los asiduos practicantes de ella; es parte de la buena convivencia y del mejor: saber vivir y dejar vivir, costumbre cada vez más empotrada en el nuevo y actualizado manual, no de Carreño lamentablemente, sino en el Manual del Decadente, y de paso, divulgada por nuestros orientadores sicológicos, desde que nos instruyen sobre el evitar complicarnos la vida, con aquello de "si ése no es tu problema, entonces, ¿en qué te afecta?" O sea, traduciendo: no seas metiche, no te incumbe.

Entonces el problemita nunca es de uno, sino que se le adjudica al otro, talvez por aquello, también de la proyección, que sería el ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Entonces tenemos el no hacernos cargo de la pifia y el regodearnos en derechos, nunca en deberes y responsabilidades. De esta manera, los censores sociales, que antiguamente existían, se han diluido en el tiempo, como el manifestado en las Escrituras en, por ejemplo, la corrección fraterna: "Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano, pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos".

Caritativamente y con toda la misericordia posible, la buena intensión daba algún fruto; actualmente, eso no se tolera, ¿Qué se ha creído ese "otro" entrometido? Sería mejor que se preocupara de sus propios asuntos y un largo rosario de etc., es lo común de escuchar y así cada cual hace lo que le da la real gana. Es parte de su libertad y sólo le atañe a su propia persona. ¿Y el desenfado en las redes sociales, y el juego del monito mayor, y sumado a lo copiones que somos, y el laissez faire, hasta dónde nos están llevando?

También los dichos populares actuaban como discretos disuasivos, con aquello de "La mujer del César, no sólo debe ser, sino también parecer" y el famoso y ya olvidado "qué dirán", que aunque no nos gustara, hizo de alguna manera, su aporte. En nuestros días, vemos cómo algunos padres no corrigen, los profesores están privados de lo mismo, (la criaturita se puede traumar), y debe ser por eso que nuestra generación, al recibir alguna vez un correctivo en el traste, derivamos todos en traumados.

Transgredir los límites es la actual norma nacional y de nuestras autoridades; muy pocas se molestan en meter narices, es mala política, es contraproducente, no es su problema, es problema de la sociedad, consecuencia de los tiempos que vivimos, y el desbarajuste suma y sigue, ya que pareciera que la sociedad es un ente abstracto conformado siempre por los otros: sin nombres ni apellidos.

La adulación ha suplantado la amonestación, y siendo sinceros, es grata al oído y para el ego, atender a ese meloso decir, aunque sea más falso que creer que somos libres. Dicen por ahí: "A nadie le amarga un dulce", y "Ahora adulador, mañana traidor" o Séneca: "Prefiero molestar con la verdad, que complacer con adulaciones" y Diderot:" Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga". En fin: "Qué maravillosos narcisitos somos".

Educación sobre mercado de valores, un desafío más allá de la RSE

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Generar espacios para la educación financiera es un desafío esencial que tanto entidades del ámbito público como el privado deben adoptar, en particular aquellas que desempeñan un rol clave para el funcionamiento del mercado de valores. No podemos olvidar que las organizaciones, independientemente de su naturaleza, cumplen un rol social del cual no pueden actuar ajenas y, en este contexto, la educación juega un papel relevante.

Es por ello que el Depósito Central de Valores (DCV), institución a cargo de la custodia de la totalidad de los valores que se transan en el mercado de valores chileno, ha incorporado la educación del funcionamiento del mercado y de su propio papel en el mismo, como parte de su estrategia. El trabajo ha sido de la mano de instituciones de educación universitaria que han generado un valioso espacio para acercar -a estudiantes de pre y postgrado-, vía charlas educativas, instancias para explicar el rol del DCV y del funcionamiento del mercado en general.

Otras instituciones contemplan programas similares y compartimos con satisfacción que estos temas despiertan enorme interés, considerando la relevancia que representan y que dada su especialidad, los hacen en general lejanos aun para aquellos que trabajan y se relacionan con el "mercado".

El desafío será lograr explicar en un lenguaje simple, los conceptos que rodean el funcionamiento del mercado de valores, el papel que desempeñan sus actores tanto del ámbito privado como público, lo que puede ser complementado como lo está haciendo DCV, disponiendo amplio material en su página web a través del proyecto "DCV Educa".

En estos días en que el tema de educación está al "alza", la educación financiera debe ser una temática que va más allá de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y sin duda, debe ser parte de las tareas para las empresas que juegan un rol relevante cualquiera sea su ámbito, contribuyendo a la difusión de información y conceptos que permitan contar con ciudadanos con mayor información, ya que de seguro, nos beneficiarán en tomar mejores decisiones.