En nuestra sociedad, tener un cuerpo delgado y esbelto rige ciertos patrones estéticos y estereotipos de belleza. Muchas personas viven en función de su imagen corporal, lo que las expone, de acuerdo a la presión social, actividad laboral o de su perfil psicológico, al desarrollo de actitudes alimentarias patológicas, dietas permanentes o a conductas alimentarias anormales.
Los trastornos alimentarios desencadenan desregulaciones endocrinas y mecanismos de protección para ahorrar energía. Las consecuencias en los procesos reproductivos no son menores y las alteraciones menstruales, asociados a las ausencias o escasez en el sangramiento, son hallazgos asociados a dietas prolongadas, anorexia y bulimia en las adolescentes. La pérdida entre 10% y 15% del peso normal para la altura retrasa el desarrollo puberal y la aparición de la primera menstruación.
Las características sexuales secundarias también se ven afectadas como resultado de la carencia de alimentos. Los senos y los contornos pélvicos pierden su conformación femenina producto del descenso en los niveles de estrógenos, mientras que el vello axilar y púbico grueso se afina hasta caer en los casos más severos. Algunos estudios son enfáticos en señalar que la ausencia de menstruaciones en las adolescentes es un indicador de trastornos alimentarios, el cual debe ser investigado. Mujeres adultas que se someten a dietas drásticas pueden presentar ausencia de menstruaciones por larga data e incrementar el riesgo de osteoporosis.
A través de la evolución, la baja disponibilidad de alimentos afecta la fertilidad de las especies. En forma natural, algunas poblaciones nómadas sufren de infertilidad estacional y mujeres expuestas a carencias nutricionales, tienen mayor índice de infertilidad. La gestación inicial es un periodo en que el embrión y feto son muy vulnerables al medio materno y hay evidencias que sugieren que la dieta antes del embarazo puede influir sobre la salud y desarrollo fetal.
Pero, los hombres también están expuestos a los trastornos alimentarios, aunque menos estudiados. Existen evidencias que el porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales se reduce en varones que consumen esteroides en su dieta para modelar su cuerpo, así como importantes variaciones en las hormonas reproductivas.
La dieta afecta tanto la vida útil y la reproducción de las personas, de ahí que la perspectiva de un cuerpo delgado en el mundo debe valorarse en su justa medida. No siempre la delgadez es sinónimo de un estado saludable. Por otra parte, la nutrición y el acondicionamiento físico deben compensarse y equilibrarse con la preservación de las funciones reproductivas de las personas.