Industriales listos para el zarpe bajo bandera de la sustentabilidad
A horas de que se levante la veda de la merluza, autoridades de Sernapesca y representantes de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) realizaron una visita inspectiva a la embarcación Bonn, que se encontraba hasta ahora en trabajos de carena a la espera del inicio de la temporada de pesca.
Los fiscalizadores y los ejecutivos de Asipes recorrieron la embarcación para realizar una revisión y dar cuenta de su estado, después de haber sido sometida a mantención de sus maquinarias, habitabilidad y exteriores.
Al respecto, Luis Felipe Moncada, presidente de Asipes, señaló que "esto es lo que se acostumbra con todos los barcos de la pesca industrial durante este período de receso. Hay una preparación exhaustiva para la temporada de pesca que incluye el mejoramiento de la embarcación, la mantención de su maquinaria para la operación del barco, así como también del instrumental que tiene que ver con la faena propia de la pesca, como las bodegas de frío, que garantizan la trazabilidad de la carga, o la tecnología que se ubica en el puente, que permite monitorear los cardúmenes y cuáles de ellos son aptos de ser capturados".
El pesquero de alta mar (PAM) Bonn, propiedad de la compañía Pacific Blu, es una de las que utiliza la pesca industrial con el arte de pesca de fondo (o arrastre), técnica que desde el año 2004 ha evolucionado en Chile con la introducción de nuevos instrumentos y tecnologías que aseguran una actividad más sostenible.
El gremio industrial precisa que ésta ha sido una constante preocupación de Asipes, razón por la cual se han encargado estudios y desarrollo de mejoras en las artes de pesca a profesionales e investigadores de universidades para cumplir con ese propósito.
Por ejemplo, se han introducido materiales sintéticos como el polipropileno y el diseño de mallas cuadradas en las redes de arrastre para demersales (especies que habitan los fondos marinos), lo que evita la captura de ejemplares pequeños. Este estudio y diseño fue encargado al profesor Teófilo Melo y los biólogos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Dante Queirolo y Felipe Hurtado en 2004. Su efectividad hizo que a partir de septiembre del 2005 el uso de dichas mallas fuera incorporado a la reglamentación actual.
Desde entonces la pesca de fondo de merluza común se realiza con redes que poseen paneles de mallas cuadradas y rejillas para liberación de juveniles, con tamaños más grandes que lo que indica la norma. Eso permite operar con una gran selectividad sobre las especies objetivo obteniéndose del total de las capturas un 98% de merluza cola; un 98% merluza tres aletas y un 91% en merluza común. Además, lo anterior se logra con la tecnología actual de detección de cardúmenes, la experiencia de los capitanes, la distribución de las especies objetivo y la selectividad de los artes de pesca.
del arte de pesca
Otras innovaciones son la navegación con ayuda de radio y satélite para localizar los bancos de peces, dispositivos para reunir peces que atraen a éstos, poniéndolos más al alcance de los pescadores, y mejoras en la tecnología empleada en los buques.
Para detectar los cardúmenes se usan como detectores una sonda y un sonar, ubicadas en el casco del barco y una sonda red, que monitorea las especies que se introducen en ella.
"Además de las innovaciones técnicas hay también importantes avances en los procesos. La incorporación de los observadores a bordo del Instituto de Fomento Pesquero (Ifop), por ejemplo, hablan de una fiscalización permanente y rigurosa de parte de la autoridad", destacó Luis Felipe Moncada.