AFP estatal
El subsecretario de Previsión Social, Marcos Barraza, ha destacado las ventajas que tendrá la creación de una Administradora de Fondos de Pensiones Estatal, pero a la vez ha advertido que ésta no puede ser gratuita y que tendrá que cobrar comisiones, tal como se preveía.
Tal vez por desconocimiento había quienes tenían la remota esperanza de que por ser un ente estatal podría dar un servicio gratuito. En el fondo, la ventaja de una AFP estatal consiste en tener un nuevo actor en el mercado, para que puedan elegir los cotizantes. El comportamiento de los fondos previsionales que los trabajadores entregan a las AFP para que los inviertan, está directamente relacionado con los vaivenes de la economía. Cuando hay crisis económica, esas inversiones se resienten y de inmediato surgen voces que piden que se cree una AFP estatal.
Desde un plano teórico, los cotizantes tal vez esperaban gratuidad y mayor cobertura, algo que diferencie a esa AFP de las que son privadas, pero ello no es así, porque deberá ajustarse a las reglas del sistema. El gobierno corporativo de las empresas del Estado ha sido un tema complejo de abordar. Incluso algunas autoridades han tratado de ver cómo garantizar que las empresas estatales sean entidades al servicio de la gente y del país, con intereses claros, y no una especie de caja fiscal y de pago de favores políticos. Bien conoce la ciudadanía la larga lista de casos emblemáticos que se han denunciado ante los tribunales y la Contraloría, de empresas y reparticiones fiscales donde se han cometido acciones irregulares, de preferencia en períodos electorales.
Una AFP estatal, que movería cuantiosos recursos de los cotizantes, podría ser el instrumento para financiar las quiebras o desaguisados generados por la mala planificación o la mala gestión, como los que han ocurrido con el Transantiago o EFE. Decisiones políticas y no técnicas podrían llevar, por ejemplo, a comprar papeles de esas empresas en semi quiebra para inyectarles recursos y salvar la imagen política de los responsables. Financiar por esa vía los descalabros económicos pondría en riesgo la rentabilidad de los cotizantes, que seguramente serán muchos, atraídos por el discurso de que hay que estar en la "administradora de todos los chilenos". No hay que olvidar que el anterior sistema previsional de reparto quebró por el mal uso que hicieron de él los gobiernos y políticos.