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El campo, el campus y el barrio que se nos van

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El cambio de los sentidos del tránsito en las calles Edmundo Larenas y Bertrán Mathieu ha complicado a los residentes en ese barrio y a los usuarios que trabajan o estudian en la Universidad de Concepción, ya que hasta hace pocos días en ambas calles el flujo vial era en ambos sentidos, excepto en la cuadra entre Víctor Lamas y Chacabuco, que era unidireccional hacia la Plaza Perú.

La medida de cambio fue decretada por la Municipalidad a solicitud de los vecinos, según ésta ha dicho, y sus ventajas prácticas parecen ser dudosas por la cantidad de reacciones en contra que se han leído en la prensa y en las redes sociales. Pero yo estoy casi seguro de que los vecinos no saben que la cosa tiene proyecciones mayores: por que el Plan Regulador Comunal(PRC)proyecta la unión de la comuna de Chiguayante con el centro de Concepción mediante un camino por el cordón de cerros del Caracol, que baja y conecta justamente en este par de calles, simplemente porque no hay otras alternativas. Por lo tanto la Municipalidad tenía programado este esquema funcional desde que formuló su Plan Regulador. Y el camino por el alto existe, aunque solo lo suban por ahora los vehículos 4x4.

Como docente de la UdeC (donde, por petición del rector Augusto Parra en 1991 fui uno de los dos profesores creadores de la carrera de Arquitectura) alerté a la Universidad cuando aún no se oficializaba el PRC para que objetara esta idea, al menos como una conexión vial de primera jerarquía en el sistema urbano.

Según mi punto de vista, esta conectividad haría cambiar la vida de todo el barrio (el campus y el barrio La Toma) con este flujo vial que podría llegar a ser muy intenso. Nadie 'me dio boleto' y poco después pude ver que la U 'tenía su pañito que cortar' en esta vialidad proyectada, cuando sus autoridades y el profesor Jaime Baeza, entonces Director de Investigación, formularon su proyecto de una urbanización en ese cordón de cerros (que es de propiedad de la UdeC) para establecer el denominado Parque Científico Tecnológico, así como también dar margen a futuros negocios inmobiliarios.

En mi visión, el barrio La Toma y el campus universitario hoy constituyen una especie de tranquilo y bucólico 'bolsón urbano', una situación privilegiada ideal para cualquier área de la ciudad, especialmente en este caso donde se está a solo cuadras del corazón de la ciudad. Privilegio que ha permitido el crecimiento del campus en un medioambiente muy sano, natural y tranquilo o quieto, qué decir de las áreas residenciales, desde la 'aérea' calle Los Aguilera y la vía de borde Victoria-Edmundo Larenas, el límite simple y todavía tranquilo entre la universidad y la ciudad residencial. Un flujo vehicular ajeno a la vida propia del sector será simplemente fatal para estas características reseñadas, de verdad un sector privilegiado, tanto para la gente residente como para la academia, donde hoy se funden casi naturalmente el campo y el campus. Privilegio que a mi juicio se debería mantener como, en un ejemplo análogo e ilustrativo, se ha tratado de mantener a todo trance en el barrio Pedro de Valdivia Norte en Santiago, tal vez lo que va quedando como barrio singular, no anodino y verde en esa ciudad.

¿Por qué aquí no sabemos apreciar ni potenciar nuestras singularidades y, a contrario sensu, tenemos que romper la armonía urbanística siempre?

Los poetas bajaron del Olimpo

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Tal cual lo escribió Nicanor Parra en su Manifiesto: Los poetas bajaron del Olimpo y yo lo comprobé. Caminaba desde la frutería de mi barrio. En mi bolsa de la compra manzanas, peras y kiwis. Esperando la luz del semáforo, miro para el lado y he ahí está nada menos que el poeta y nada más que el Premio Nacional de Literatura 2012, Oscar Hahn.

Fogueada en la labor de reportera, vacilo apenas breves segundos en saludarlo y decirle que he leído su Antología y me he quedado para siempre con dos de sus poemas. Compruebo que el poeta es un hombre como todos (Parra de nuevo) quien me saluda con afecto y detiene su marcha. Se alegra del encuentro con una desconocida, me lo expresa, y se dispone a que le recite y le explique porque me gustan tanto dos de sus poemas. Es todo un gesto de urbanidad, pero destacable porque conozco a famosos, que suelen mirar raro, si alguien saluda y entabla conversación.

El primero es El Doliente y que para mí ha sido un bálsamo cuando he tenido grandes penas. Lo regalo a quien pasa por malos momentos y también a ustedes lectores(as). Dice: Pasarán estos días como pasan/ todos los días malos de la vida. /Amainarán los vientos que te arrasan/se estancará la sangre de tú herida.

Hahn me explica que efectivamente conoce de otras pequeñas historias en que el poema ha sido en muchos casos un sedante, un calmante para el dolor e incluso para esperar la muerte. El alma errante volverá a su nido/lo que ayer se perdió será encontrado./El sol serán sin mancha concebido/y saldrá nuevamente en tú costado. Y dirás frente al mar/ ¿Cómo he podido? / Anegado, sin brújula y perdido/llegar a puerto con las velas rotas. Y una voz te dirá:¿Qué no lo sabes?/ El mismo viento que rompió tus naves/ es el que hace volar a las gaviotas.

Para el poeta-pienso-debe ser como lo que siente el cantante cuando sale al escenario y la multitud canta a coro su tema. El no tiene sino que escuchar, sorprenderse, emocionarse y agradecer esa comunión con el público. Al poeta le debe pasar lo mismo: saber que su mensaje llegó, tocó el corazón de alguien, que la poesía tiene una utilidad.

Oscar Hahn me cuenta que viene de la Academia Chilena de la Lengua, donde tras una intervención suya, se armó una polémica fenomenal. Eso no ha cambiado: los poetas continúan siendo peleadores. Hay rencillas históricas. No nos olvidemos. Entonces considera- a su vez-un bálsamo para su molestia el poder escuchar la voz de la calle, la voz de una lectora que le recita: 'Anoche soñé con mi padre muerto/venía caminando por un largo sendero/y traía una flor en la mano. Nos abrazamos en el umbral /que separa la vida de la muerte./ Me preguntó que como había llegado hasta ahí/que si había cruzado el Aqueronte./Te he esperado toda la muerte dijo mi padre/y te seguiré esperando/y se alejó por el largo sendero/con su flor en la mano.

Le explico que con ese poema suyo lloro. Porque yo sueño con mi padre muerto. Se llama El Encuentro. El mismo que sostuve con el poeta en una calle de mi barrio. Estupenda y feliz experiencia debo confesar.

Sedentarismo v/s vida

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Se ha calificado al sedentarismo como el cuarto factor de riesgo de mortalidad, seguido luego de la hipertensión arterial, tabaco y diabetes, aunque esta condición facilita la instauración de los factores de riesgo que la preceden.

La sobrepoblación ha obligado a las entidades gubernamentales a concentrarse en otras problemáticas de la población como educación, trabajo y salud general. Los altos índices de pobreza orientan los esfuerzos de este grupo vulnerable a la generación de ingresos, por cierto insuficientes, para asegurar de alguna manera su subsistencia, quedando la actividad física fuera de sus principales prioridades.

En esta población debemos añadir el factor de la malnutrición, sea por exceso o por déficit, lo que instaura un escenario más propenso para la aparición de enfermedades cardiometabólicas.

Tal como señalan los expertos, el ejercicio físico regular puede reducir el riesgo de tener un infarto al corazón o morir por esa causa en un porcentaje que fluctúa entre 35 y 45%. La actividad física recomendada para niños y jóvenes ha sido estimada en 60 minutos diarios, con una intensidad moderada o vigorosa.

En este grupo etario, el sedentarismo se combate a través de juegos, deportes, actividad física escolar o en contexto familiar. Para el caso de los adultos, grupo comprendido entre 18 y 64 años, las recomendaciones incluyen 150 minutos de carga física semanal de intensidad moderada a vigorosa, y distribuida en 3 días.

Para los mayores de 65 años, la OMS aconseja la misma carga indicada a los adultos, pero con la salvedad que mientras se dedica tiempo a la realización de la actividad física, se puede interrumpir la misma con intervalos de 10 minutos.