Saxum
El próximo sábado 27 de septiembre se realizará la solemne ceremonia de beatificación del Venerable Siervo de Dios, Alvaro del Portillo, La Misa de acción de gracias, presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, sin duda congregará en el recinto Valdebebas de Madrid, a decenas de miles de personas provenientes de los cinco continentes y, gracias a la tecnología de internet, otros miles la podrán pudieron seguir 'on line' desde sus casas. A contar de ese momento, la Iglesia Católica contará oficialmente con un nuevo beato.
Don Alvaro nació en Madrid el 11 de marzo de 1914, fue ingeniero de caminos, doctor en Filosofía y en Derecho Canónico, obispo y primer sucesor de San Josemaría al frente del Opus Dei, al que ingresó el año 1935. Desde entonces, toda su vida fue un continuo acto de fidelidad al mensaje recibido del Fundador: por el sacramento del bautismo, todos estamos llamados a ser santos en medio de los afanes de la vida ordinaria. Por su entrega y lealtad, el fundador le apodó 'Saxum', que quiere decir roca. Y es lo que siempre fue para él: una verdadera roca en la que se apoyó en todo momento en el gobierno de la Obra. Falleció en Roma el 23 de marzo de 1994, al día siguiente de haber celebrado Misa en el Cenáculo, en Jerusalén, al concluir su peregrinación por Tierra Santa.
Los testimonios que entregan quienes le conocieron coinciden en destacar sus extraordinarias condiciones humanas, su capacidad de trabajo, sus aptitudes profesionales y su alto vuelo espiritual. 'Un maestro, un santo, un padre, un hombre de Dios', dice uno. 'Un hombre profundamente espiritual, bueno, fiel,sencillo, amable, piadoso, de esas personas con las que se está a gusto', dice otro. 'Un hombre que vivió con los pies sobre la tierra y con la cabeza en el cielo', agrega un tercero.
A los chilenos nos toca de cerca la beatificación de don Alvaro por cuanto el milagro que hizo posible su beatificación le ocurrió a un chileno, José Ignacio Ureta Wilson, que a los muy pocos días de nacer enfermó, presentando numerosas y graves complicaciones de salud, hasta el punto de sufrir un paro cardíaco de entre 30 y 45 minutos. Sus padres pidieron la intercesión de don Álvaro y sobrevivió. Actualmente Jose Ignacio no presenta graves secuelas de las pasadas dolencias y asiste normalmente al colegio.
Como lo pide el actual Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, 'desde ahora encomendamos al beato las intenciones del Santo Padre, la renovación apostólica y el servicio a Dios de todos los cristianos, la promoción y ayuda de los más necesitados, el próximo Sínodo sobre la familia y la santidad de los sacerdotes'.