La comunidad internacional, representada por una treintena de naciones en la conferencia sobre la paz y la seguridad en Irak, prometió ayer a ese país ayudarle en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) con todos los medios necesarios, incluidos los militares.
El encuentro preveía definir la estrategia que debe seguirse en el combate contra esa organización y fue organizado con un triple objetivo: ofrecer apoyo político al nuevo Gobierno iraquí, buscar soluciones en materia de seguridad y proporcionar ayuda humanitaria y de reconstrucción.
Entre sus participantes estuvieron los representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (EE.UU., Rusia, Reino Unido, China y Francia) y de la Liga Arabe, la ONU y la Unión Europea, pero no de Irán.
El EI, según las conclusiones, 'constituye una amenaza para Irak, pero también para el conjunto de la comunidad internacional', y la respuesta que debe darse tiene que ser global y ofrecer un respaldo 'claro' y 'leal' a las autoridades de ese país.
La ayuda militar no se detalló, pero sí se adelantó que será 'apropiada' a las necesidades expresadas por el Gobierno iraquí y 'dentro del respeto del derecho internacional y de la seguridad de la población civil'.
Horas antes de que se inaugurara esta cita, el Presidente iraquí, Fuad Masum, había subrayado la necesidad de mantener las incursiones aéreas y de evitar que ese grupo tenga 'santuarios', pero recalcó que no requieren militares sobre el terreno.
También fue comprometida ayuda humanitaria, para poder afrontar el flujo de refugiados y desplazados por el conflicto, y para la futura reconstrucción del país, principalmente mediante la entrega de fondos financieros 'apropiados', que tampoco fueron precisados.
Los participantes de la cita coincidieron en que, más allá de las necesidades urgentes de combate para frenar el avance del EI, que también tiene conquistas territoriales en Siria, la lucha debe incluir a las filiales que reclutan combatientes y a quienes le financian. En ese sentido, los participantes destacaron su determinación para aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas a la lucha contra el terrorismo y contra sus fuentes de financiación y reclutamiento, con una mención expresa a la 2170.
Pero el gran ausente en la coalición internacional ha sido Irán. El líder supremo iraní, Alí Jameneí, aseguró ayer que EE.UU. pidió a Teherán que participara en la estrategia conjunta, pero que Irán lo rechazó.
'En los primeros días de Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) los estadounidenses, por medio de su embajador en Irak, pidieron nuestra colaboración. Yo lo rechacé porque sus manos están manchadas', aseguró Jameneí al canal de noticias nacional iraní en una entrevista concedida tras salir del hospital, donde fue operado hace una semana.