Secciones

Confianza y crecimiento

E-mail Compartir

En las últimas semanas se han publicado índices y encuestas relacionadas con la percepción de empresarios, ejecutivos y ciudadanos frente a temas coyunturales, como las reformas, la inversión, el empleo y otros. Todos ellos, asuntos que - sin duda - afectan el desarrollo regional. En el Sexto Índice de Percepción Empresarial que elabora la Cpcc, junto con Unab y la firma EY (ex Ernst & Young), y que se lanzó la semana pasada, se presenta una fotografía de un momento específico del sentir de los empresarios. Esa mirada, la más negativa de los últimos tres años, es producto de un factor fundamental en las relaciones humanas, como es la falta de certezas. Todos actuamos o reaccionamos con miedo o temor frente a situaciones no conocidas, generando desconfianzas. Y en las empresas esto no es distinto. Los empresarios son personas que requieren, como todos nosotros, de contar con factores esenciales para la toma de decisiones, tales como libertad, confianza, certidumbre, reglas claras y permanentes. El Iper Bío Bío - que es respondida en su mayoría por empresas pertenecientes a Cpcc - ha presentado en el pasado distinto matices - más o menos positivo - respecto al desarrollo económico local, pero en esta versión la visión empresarial confirma el sentir de las empresas, que frente a la incertidumbre, simplemente, prefiere esperar. Y ese estancamiento significa menor inversión futura proyectada y mayor cautela. Esto no es sorpresa para quienes nos relacionamos con la industria, y en especial, con la valiosa información que periódicamente nos entregan los socios de la Cpcc. Esta desaceleración nacional, se suma además a la llamada desindustrialización local, por lo que urge incorporar una nueva mirada regional, donde si bien hay sectores que están con claros problemas de productividad y pérdida de competitividad, también hay otros que están creciendo y potenciando nuestra economía hacia el desarrollo.

Alberto Miranda

Presidente Cámara de la Producción y del Comercio

de Concepción

Generación Y: el mundo está cambiando

E-mail Compartir

Aún recuerdo como más de 100 alumnos escapamos a la biblioteca del liceo para ver en el televisor un partido de Fernando González y Nicolás Massú en los JJ.OO. de Atenas 2004. Las dos medallas de oro y una de bronce eran portada obligada del diario mural de la sala de clases.

Además de los recortes con las imágenes alusivas al triunfo histórico, el tablero incluía un titular de prensa: ¡Adiós a los triunfos morales! Para quienes estábamos en la dulce adolescencia significaba realmente dejar de creer en imposibles.

Ya ha transcurrido una década del principal hito del deporte chileno, acontecimiento que inspiró a otras disciplinas, como a la base de la actual Selección Chilena de Fútbol, y también al grueso de los deportistas que participaron en la última edición de los Juegos Odesur.

¿Qué tienen en común todos ellos? Más allá de una vida dedicada al alto rendimiento, son parte de la denominada Generación Y, también conocida como 'Millenials'. De hecho, si se busca este último término en la Web el resultado es una frase bastante curiosa: 'la generación mal criada que quiere cambiar el mundo'.

Los nacidos en los 80 son denominados como los rebeldes capaces de dejar un empleo soñado para dedicarse a recorrer el mundo o simplemente para hacer voluntariado; aquellos que se motivan con cosas aparentemente simples, pero que no necesariamente creen en vínculos eternos.

Una de las encuestas más prestigiosas a nivel mundial es la Millennial Survey, que en su edición 2014 concluye que un 70% de los encuestados preferiría montar su propia empresa que trabajar en una. El fallecido Steve Jobs fue uno de los que planteó esa interrogante al afirmar que la empleabilidad es 'cumplir los sueños de otro'.

En la Generación Y incluso exigen que las empresas sean las principales impulsoras del cambio social en materias de cambio climático (65%) y paridad (64%), principalmente porque creen que, tanto ellas como los gobiernos, son las culpables de estos problemas.

Visión de una juventud aparentemente rebelde, la misma que abarca desde jóvenes universitarios hasta nóveles directivos. Si estos laboriosos idealistas consiguen los cambios que se proponen, ¿qué pasará entonces con sus sucesores, la denominada 'Generación Z', aquellos que nacieron cuando internet ya existía?

Los análisis a los también conocidos como nativos digitales aún son prematuros. Por ejemplo, se critican sus escasas habilidades sociales ignorando que están en plena adolescencia. Lo único que está claro es que, como dice el reconocido tema del grupo argentino Los Iracundos: 'el mundo está cambiando, y cambiará más'.

Alexis Apablaza Campos

Seguridad alimentaria: Una urgente necesidad de compromiso

E-mail Compartir

Cuando hablamos de alimentos, uno de los aspectos más sensibles es la inocuidad y la producción limpia. Para las empresas que trabajamos en este rubro, el tema es más relevante aun, especialmente por los volúmenes de productos manejados, la cantidad de personas involucradas en el proceso y el número de usuarios a los que servimos, que en nuestro caso supera los 500.000 diariamente.

En nuestro país ha habido muchos avances en materia de seguridad alimentaria, en especial durante la última década, luego de que en 2004 se firmará el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de servicios de alimentación. Sin embargo, aún nos queda mucho por hacer. Debemos trabajar de forma mancomunada en el desarrollo de una 'cultura de seguridad alimentaria' que vaya más allá del cumplimiento de la reglamentación vigente, orientada a potenciar el desarrollo de una cadena de suministros segura, que considere normas a nuestros proveedores respecto de calidad, higiene y seguridad en la cadena de producción; además de trazabilidad y control de gestión de la cadena de suministro de las materias primas.

Trabajar día a día en mantener la confianza de nuestros clientes, a través de acabados procesos de seguridad y trazabilidad de nuestras operaciones debe ser nuestra principal prioridad como industria. Igualmente, es muy importante el rol que tenemos como educadores, en especial, para las pequeñas y medianas empresas, ya que los grandes proveedores, generalmente, tienen camino recorrido en esta materia. Esta labor educativa debe orientarse a todos los miembros de esta cadena: desde el agricultor que cultiva materias primas, hasta el garzón que atiende público y sirve el plato.

Para seguir avanzando como industria es importante también que tomemos una mayor conciencia acerca de los residuos y de cómo manejarlos, ya que también forman parte de esta cadena. En nuestro caso, por ejemplo, trabajamos con proveedores que reciclan nuestros residuos líquidos, como el aceite, residuos no orgánicos asimilables a domésticos y residuos orgánicos.

Son muchos los desafíos que tenemos como industria, en especial, porque al igual que las economías globales, las cadenas de suministros de alimentos también son una cadena global donde no basta con ser responsables sólo con nuestros consumidores sino también con las técnicas de producción y elaboración, los distribuidores, las plantas de almacenaje, con los procesos logísticos y el comercio detallista, entre otros, para así evitar vulnerabilidades que finalmente pueden afectar la calidad de vida de las personas.

Alfredo