Interrupción del embarazo y relación de género
El hecho biológico que la función reproductora de las mujeres es más cierta que las de los varones, con inversión de un tiempo diametralmente más prolongado (9 meses) es insuficientemente reconocido desde el punto de vista de género.
Sólo a partir de los años 60 comenzó a ser visible y reconocido el aporte de las mujeres a la construcción de las comunidades tanto del pasado como del presente. Su condición de 'segundo sexo' distinta en cada cultura, pero universal en la valoración de lo femenino como inferior a lo masculino, ha perdurado por siglos y sigue vigente en la mayoría de las sociedades.
Estadísticamente tienen menor acceso a los recursos y ocupan posiciones de menor poder y prestigio en el mundo. Revertir en parte estas situaciones ha sido de larga trayectoria. Lo sucedido en países del primer mundo, como alcanzar un 35% de representación en el parlamento europeo comparado con el 18% de promedio de países de Sudamérica y el 14% en nuestro país son hechos de la causa.
El logro del derecho a voto femenino o el fallo del Tribunal Constitucional sobre la 'píldora del día después', revelan el peregrinaje que soluciones a problemas que apuntan al género femenino deben admitir para ser resueltos.
La cruda realidad de cifras y la clandestinidad a través de redes públicas para interrumpir una gestación declaran una situación insostenible, inaceptable para nuestro orden e ineludible para nuestros legisladores.
La pregunta concreta ¿Podemos disponer de la vida de un ser humano en sus primeras etapas de desarrollo? Generó hace décadas en el hemisferio norte un debate, enfrentó a expertos, legisladores e instituciones que lograron acuerdos, tanto en países capitalistas como socialistas, que son respetados por una comunidad debidamente informada. Sin lugar a dudas, la problemática se extenderá a otros contenidos de la Medicina además del aborto, como la manipulación de embriones, la eutanasia y otros.
Debemos entender que cualquier análisis nos obliga a tener en cuenta las relaciones de género especialmente en estos temas, como relaciones de poder presentes en todo tipo de organización humana, desafío aún pendiente que garantiza que los acuerdos alcanzados representen cabalmente a la sociedad y su desarrollo.