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Cardenal y el gran Maestro

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El 30 de septiembre, en un mes más, el Instituto de Chile cumplirá 50 años. La celebración incluye una ceremonia en el Salón de Honor del Congreso Nacional en Santiago, ocasión en la cual el académico de número Agustín Squella disertará sobre: 'El Instituto de Chile y el desafío de responder a ese nombre'. Se espera la presencia de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.

El Instituto es un organismo casi desconocido para la mayoría de los chilenos. En esas condiciones ¿se justifica el despliegue de fanfarria que se está anunciando?

La verdad es que sus fundadores -el presidente Jorge Alessandri y el ministro de Educación de la época, el doctor Alejandro Garretón Silva- propusieron una meta ambiciosa: 'la promoción, en un nivel superior, del cultivo, el progreso y la difusión de las letras, las ciencias y las bellas artes'.

El Instituto de Chile tiene su sede en dos edificios en pleno centro de Santiago. Allí funcionan las seis academias que lo componen: de la Lengua, de Historia, de Ciencias, de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, de Bellas Artes y de Medicina.

Como señaló la periodista María Cristina Jurado, en este espacio se concentran '216 mentes privilegiadas de todas las disciplinas piensan y debaten a Chile y se han constituido en conciencia social y moral de la nación'.

La ley de creación determinó que cada una de las seis academias debe tener 36 académicos 'de número' (todos vitalicios), aparte de otros de distintas categorías. El Papa Juan Pablo II fue designado miembro de honor de la Academia de la Lengua. La Academia de Ciencias Políticas tiene entre sus miembros actuales, a un Gran Maestro de la Masonería (Luis Riveros) y al cardenal emérito Francisco Javier Errázuriz.

Sus intereses son ricos y variados. Hay una preocupación, reflejada en diversas instancias, sobre temas fundamentales: el futuro de la sociedad del conocimiento, el emprendimiento en Chile, los desafíos de la educación y los valores en la sociedad chilena, etc. Pero todavía -conforme diversos ejemplos específicos- le falta peso en la sociedad chilena y en los medios de comunicación.

Otro punto negro es la escasez de mujeres. Las hay y son brillantes (la astrónoma Teresa Ruiz, Carla Cordua, la escultora Francisca Cerda, distinguidas doctoras, la historiadora Teresa Pereira y varias más hasta completar una treintena), pero todavía como señaló la periodista Jurado, el Instituto es 'de aires lejanos y (está) en el olimpo de la intelectualidad nacional'.

La semana pasada, en un encuentro con el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, el directorio del Instituto le habló de sus proyectos y esperanzas. Fue un valioso encuentro que debe permitir que el Instituto de Chile recupere el papel que le asignaron sus creadores.

Tendrá que poner atención la actual administración del Gobierno Regional frente a los conflictos que se advierten para lo que resta de 2014 y para los se avecinan en 2015.