Aunque en la cifra general, la tasa de desocupación en la Región del Bío Bío se incrementó levemente, un 0,8% en el trimestre móvil mayo-julio respecto del mismo periodo del año anterior, es preocupante que los Asalariados experimenten una disminución anual ya por séptimo trimestre consecutivo.

En relación a igual trimestre del año anterior, las categorías Asalariados, Personal de Servicio y Empleadores retrocedieron en el número de ocupados. En la comparación anual se observó la categoría Asalariados (0,4%); Personal de Servicio (20,7%) y Empleadores (7,1%).

Las cifras confirman además, la precariedad que afecta a la Industria Manufacturera, que tuvo la mayor incidencia negativa en la ocupación en 12 meses, seguida de Hogares Privados con Servicio Doméstico; Administración Pública y Defensa; Electricidad, Gas y Agua; Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones e Intermediación Financiera.

Víctor Martínez, investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD, explicó que los sectores que hoy están destruyendo empleos con respecto al que tenían 12 meses fueron los motores del crecimiento del empleo en los últimos años. Por ejemplo, el Comercio, que representa 1/5 del total de empleos del país, muestra signos de fatiga destruyendo 2.1% de los empleos en los últimos 12 meses. Algo similar ocurre con el sector Construcción.

El sector que concentró la mayor pérdida de empleos en el último período fue Intermediación Financiera, sector que en todos los estudios del mercado laboral se muestra como el generador de empleos de más calidad y mejores salarios. Es decir, implícitamente hay una reducción en la calidad de los empleos en el mercado, precisó.

Particular atención genera el sector Enseñanza, uno de los impulsores en la generación de empleo en los últimos años con tasas de crecimiento de 8% promedio anual. La desaceleración en el sector es evidente al registrar en el último reporte una tasa de creación de empleo de 0,6%, detalló.

Proyectó que, dado que los sectores que están destruyendo o desacelerando su creación de empleo son prácticamente los mismos que explican la reducción en la producción, lo más probable es que la tasa de empleo siga subiendo en el corto plazo.

La Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Pesquera Región del Bío Bío (Fesip), que preside Juana Silva, y que representa a 9 sindicatos de las plantas de proceso del borde costero de Tomé, Talcahuano, Coronel y Lota, manifestó su malestar y preocupación por el proyecto de ley presentado por el diputado Daniel Muñoz (PC), que intenta eliminar la pesca de fondo y que la jibia solo se capture con línea de mano, significaría la pérdida de unos 5 mil puestos de trabajo que estos recursos han generado por más de 60 años en esta región.

Pescar sólo con línea de mano, sin considerar un plan de mitigación social para los cientos de trabajadores que perderíamos nuestro empleo, es repetir decisiones obsoletas e irresponsables que no cuentan con un criterio competente que prevea y responda por las repercusiones sociales de estas medidas que agravarían aún más la crisis laboral del Bío Bío.

Las estadísticas del INE para el trimestre móvil mayo-julio del 2014 no traen noticias halagüeñas para la Región. Aparentemente, la declinación en el ritmo de crecimiento económico que se observa a nivel país, alcanzó a nuestra región y así se refleja en el mercado de trabajo local. Sin embargo, esto se presenta en el contexto de un panorama de rezago general en el desarrollo productivo regional, ya percibido por diversos actores locales en el último tiempo.

Las pruebas están a la vista. El número de desocupados aumentó 11, 5% en un año, bordeando las 70 mil personas. Esto es un 7,8% de toda la fuerza de trabajo regional y la tasa más alta del país. La ocupación se estancó en el mismo nivel que tenía en 2013, es decir, la economía regional no está generando puestos de trabajo netos en un año. La diferencia entre la situación regional y la nacional no es producto de factores coyunturales, sino una expresión del escaso dinamismo de la economía regional en las últimas décadas, en comparación con el desempeño del resto del país.

Si bien por motivos estacionales se debería esperar un mayor nivel de actividad económica en los meses de verano, en una comparación anual, las perspectivas son a que la declinación observada en el dinamismo del mercado de trabajo se profundice en los próximos meses.

Entonces, la pregunta es cuáles son las opciones de levantar la actividad regional y evitar que se profundicen más las tendencias mostradas en el mercado laboral.

La actual discusión de la Estrategia Regional de Desarrollo debería arrojar luces sobre esto, pero lo que se requiere es una solución más rápida que, aunque no sea definitiva, permita paliar en parte los efectos negativos de esta situación. Aquí tiene un rol muy importante el sector público y las posibilidades de reasignar y ejecutar en forma anticipada sus presupuestos, pero para que esto ocurra se requiere que en las instancias que se toman decisiones haya conciencia del problema que se vive en nuestra región.