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Diarios regionales y la ventaja de ser local

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Se van a cumplir tres años desde que la prestigiosa revista Wire presentó una portada lapidaria: 'la Web está muerta'. Generó un tremendo debate entre expertos online, quienes concluyeron que no es así puesto que ella es la base de toda estrategia digital.

Entonces, ¿qué pasa con el formato papel, aún siglos más antiguo? Muchísimo se ha escrito al respecto, desde Bill Gates vaticinando en los 90 que 'en diez años nadie leerá periódicos' hasta el prestigioso The Economist con el artículo 'Quién asesinará al papel' (2006). Sin embargo, los fatalistas no parecieran tener demasiado presente ni futuro.

Según la última edición del Anuario de Cultura y Tiempo Libre del Ministerio de Cultura existen en Chile más de 100 periódicos. Más del 50% son de cobertura regional y de formato pagado, entiéndase con esto que se trata de 'diarios publicados al menos cuatro días a la semana'.

La influencia de este tipo de medios es aún más latente en el estudio 'Diarios Regionales: la ventaja de ser local', realizado por la Asociación Nacional de la Prensa. Un 39% de los entrevistados dice leerlos todos los días, a diferencia del 22% que prefiere periódicos de cobertura nacional.

Además, se le atribuyen tres cualidades en las que los diarios regionales están por sobre cualquier otro formato de medio de comunicación: representar a la localidad, informar de la zona y cercanía con la comunidad. Bastante curioso este último punto, normalmente atribuido a radios locales y/o comunitarias.

Más allá de las encuestas, hay dos factores adicionales que fortalecen el compromiso de los habitantes de la región con su periódico local: el primero es la tradición, la mayoría de la gente ha crecido junto a estos medios y más de alguno tiene 'grabadas a fuego' portadas de hechos históricos locales; y el segundo es estilo, sea formal o no, la particular forma de entregar las noticias también es un factor que permite encariñarse con 'el diario de mi comuna'.

¿Y si realmente muere el papel en el futuro? Los expertos en branding argumentarían que el peso de la marca y la integración con la comunidad facilitan un posible cambio de formato. La clave es invitar a los lectores a dar juntos cada paso, tal como se hizo con las visitas al sitio web del medio y se está haciendo con la creciente aparición de aplicaciones móviles informativas.

Pareciera que con esto se cumple el presagio realizado hace cien años en uno de los medios regionales más prestigiosos del país, cuando en su primera editorial concluyó: 'la forma en que hoy nos entregamos al público no es definitiva. Variará tan pronto como hayamos encontrado una mejor'.

La marcha a la frontera terrestre y el error diplomático

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Ante la marcha que la sociedad civil peruana ha organizado a fin de reivindicar el dominio soberano de Perú sobre el triángulo terrestre, y sobre todo por la respuesta que ha dado Chile relativa a cuestionar su legitimidad, resulta necesario plantear un análisis que supere los argumentos nacionalistas que invisibilizan la objetividad. A saber:

El artículo 2 del Tratado de 1929 determinó, además de la posesión soberana de Tacna para el Perú y de Arica para Chile, que la frontera terrestre entre ambos países parte desde un punto de la costa que se denomina 'Concordia' y que está distante a diez kilómetros al norte del puente del Río Lluta. En el artículo 3 del mismo instrumento, se estableció que la línea divisoria sería fijada por una Comisión Mixta, la que se encargaría de instalar hitos demarcadores. Así entonces, y en expresa aplicación del tratado de 1929, tanto el Perú como Chile iniciaron en 1930 las discusiones y preparativos respectivos. En función de esos trabajos, se estableció con meridiana claridad que la frontera terrestre entre ambos Estados parte desde el mar. En consecuencia, la frontera terrestre entre Perú y Chile comienza en el Punto 266 y no en el Hito N°1 como lo postula La Moneda.

Esta aseveración encuentra refuerzo en el análisis que puede hacerse de distintos párrafos de la sentencia que emitió la Corte Internacional de Justicia respecto al diferendo marítimo entre Perú y Chile, especialmente el párrafo 175 y en el que el Alto Tribunal señaló que la frontera marítima que comienza en el Hito N°1 podría perfectamente no coincidir con el comienzo de la frontera terrestre, no pronunciándose expresamente respecto al comienzo mismo de esta frontera debido a que la Corte no tenía las competencias para ello.

Ante esto, y entendiéndose que se sabía -desde que se instaló la demanda peruana- que el tema del triángulo terrestre no podría ser resuelto por la Corte Internacional de Justicia y, asumiéndose que Chile estaba convencido de que el paralelo era el factor delimitador marítimo con el Perú -condición que fue reafirmada por la Corte-, resulta inconcebible que la Cancillería no haya conjugado ambas premisas y no adoptara mecanismos diplomáticos tempranos que podrían haber desactivado la declaración de dominio soberano que hiciera Ollanta Humala sobre el triángulo terrestre.

De esta forma, la ausencia de una adecuada visión negociadora por parte de nuestra diplomacia, ayudó a que las políticas y declaraciones emitidas desde el Palacio de Miraflores no se convirtieran en un freno interno a los movimientos nacionalistas peruanos, que ahora encuentran legitimidad a sus reivindicaciones no sólo en su visión de la historia, sino que también en el derecho interno.

Obesidad en los jóvenes y niños

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Los profesores de Educación Física nos rehusamos a responsabilizarnos de que en nuestro país haya un 46% de niñas y un 40 % de niños con sobrepeso y obesidad (cuatro de cada diez estudiantes) con evidente riesgo de enfermedades cardiorrespiratorias y cardiovasculares.

De hecho, de no hacer algo prontamente, los jóvenes de nuestro país dependerán de licencias médicas y el gasto estatal que implica tal situación, será para el país.

Se necesita urgente una política de Estado que aumente como mínimo a cuatro las horas de clases de educación física en todos los colegios del país, como una medida de salud pública que comprometa a los estamentos de la sociedad, involucrando una atención multidisciplinaria y abordando el problema como una enfermedad nacional.

El Estado a través del Ministerio del Deporte debiera proveer infraestructura deportiva para toda la población como un derecho de salud de carácter urgente.

Así, cada comuna podría contar con centros deportivos que tuvieran piscina, multicanchas y profesionales certificados para su atención. Elementos que ayudarían a contrarrestar estos altos índices de obesidad.

Debe haber una política que realmente se preocupe del deporte escolar, formativo y masivo, que no ignore el problema como se ha hecho hasta el momento, sino que ahonde en él.

Todavía estamos a tiempo de salvar la situación en los colegios y bajar esas cifras horrorosas de un 86% a menos de un 50%. Debemos dejar de ser un país en 'vías de' y tomar las riendas del asunto.