No se necesita mucho para hacer de un día, un gran día. Tener una mente amplia, serena y llena de gratitud, sin dudas, le llevará a un camino sin límites, donde su vida se transformará en un sincronía entre sus sentimientos, pensamientos y los resultados concretos de su vida personal.
Si usted tiene una mente rígida construirá muros psicológicos donde los acontecimientos que sucedan serán más difíciles de resolver dado a su resistencia, dependencia o su permanente necesidad de aferrarse a las cosas y a las personas.
Lo anterior no sólo lo llevará a tener una vida marcada sólo por lo predecible dejando de lado todos esos eventos que la vida nos regala, ya sea cómo un presente o como una invitación al cambio.
Hacer de lo cotidiano algo extraordinario, sólo depende usted. No basta con tener dos piernas si no las utilizas para movilizar sus intensiones en acciones concretas, no basta tener dos manos si no es capaz de abrazar lo que quiere, menos tener cuerdas vocales si no lleva al lenguaje aquello que siente o piensa.
Si espera que los factores externos alegren su vida, siempre estará en deuda con su propia responsabilidad y compromiso de ser feliz.
Naturalmente es agradable recibir las felicitaciones por las notas de los hijos, un te amo de su pareja o sentirse grato en su trabajo.
Pero, ¿la vida es sólo eso?, ¿qué
pasa si lo pierde, se va la felicidad? Sin duda que no. La felicidad sigue igual pero en una presentación diferente, lo que mudan son los acontecimientos pero no su concepción de gratitud con la vida.
Aprenda a ser feliz reeducando su mente, primero que nada escoja qué vida desea tener, luego tire líneas de probabilidades y avance tras aquellas pequeñas acciones que aumentan su felicidad.
Cada día cuenta con un inicio, un desarrollo y un final. Las mismas 24 horas para todos, pero con la diferencia de que usted las vive con la actitud que desea proyectar.