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'Tyrant': Culebrón y poderhacen una mezcla explosiva

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Cuando se anunció que 'Tyrant' sería la nueva propuesta de los creadores de la galardonada 'Homeland' de inmediato se pensó en quiebres dramáticos, giros de historia y personajes de gran complejidad psicológica. Lo anterior parecía más obvio aún si se considera el rollo político y multicultural de la historia.

Bassam Al Fayeed es un médico hijo de un poderoso dictador de Medio Oriente, que huye a Estados Unidos a los 16 años. Desde entonces reniega su origen. Sin embargo, la boda de un sobrino lo hace regresar al hogar, donde prontamente se verá envuelto en varias intrigas, en especial, la muerte de su progenitor. Aquello elevará su status en la ficticia nación petrolera.

Sin embargo, lo visto en las dos primeras entregas (los estrenos son los miércoles por FX) se aleja de las intrigas de poder, para centrarse en los vínculos familiares. De este modo, se acerca mucho más al mundo de la telenovela o el típico culebrón.

Bassam viaja con su esposa e hijos, para quienes su pasado sigue siendo un verdadero enigma, ya en los palacios de su incipiente dinastía se reencuentra con su hermano Jamal, ahora en el poder. Este pariente pinta para ser el peor de los villanos (la vieja figura de Caín y Abel), pero en el fondo sigue siendo aquel niño perturbado por la crianza de su implacable padre. Por si fuera poco, su cuñada resulta ser un amor de juventud, a quien dejó cuando se fue a Estados Unidos.

Estas relaciones bien podrían pertenecer a uno de esos manoseados títulos turcos que tan populares se han hecho por estos días, pero 'Tyrant' ciertamente está en un nivel superior, sabiendo combinar todos los elementos de un buen drama. Ello incluye la polémica cultural que generan las tendencias homosexuales del hijo de Bassam en un país que condena cualquier comportamiento fuera de la norma musulmana.

La personalidad y las motivaciones de los hermanos no se reflejan únicamente en sus acciones, como sucede con el culebrón tradicional; sino que es tratado de forma paralela a modo de flashbacks que se retraen a la niñez de ambos. Sin duda, un aporte en materia de guión.

CHOQUE CULTURAL

Donde sí hay cierta cercanía con 'Homeland' es en el ingrediente de acción. El clan de los Al Fayeed cuenta con el respaldo de Estados Unidos. A través de la propaganda hace que buena parte de la población aplauda los progresos económicos realizados por el ahora fallecido padre. Pero la realidad es que no todos son beneficiados, y existen células terroristas dispuestas a atentar contra la tiranía, incluyendo patrullas de niños armados. En esa resistencia está un antiguo amigo de Bassam, lo cual contribuye a una visión más abierta, tolerante y crítica del protagonista, quien vive varias encrucijadas.

Como era de esperar, las actuaciones son notables y sin recurrir a intérpretes famosos, lo que juega a favor del realismo. Pero lo que mejor distingue a la propuesta televisiva es la recreación de las calles y palacios de Medio Oriente, con aquel impactante contraste entre tradición y modernidad.

Si bien en sus primeros capítulos 'Tyrant' enfatiza el drama familiar, se anuncian varios giros en la historia. Esto va a permitir adentrarse de a poco en la complejidad política de los estados petroleros y las variantes religiosas fundamentalistas. Puede ser que hayan elementos de telenovela, pero tras ellos se esconde la posibilidad de conocer de cerca un mundillo selecto que tanto repercute en la política contemporánea.