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Debate con eslóganes

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Buena parte de la discusión actual está dominada por los eslóganes fáciles y la respuesta que la 'mayoría' quiere escuchar, pero sin medir potenciales consecuencias. Por ejemplo, ¿Cuál es la ganancia 'legítima' de un gran empresario, de un inversionista, de las Isapres, las AFP, los supermercados, bancos, de un funcionario estatal o un obrero? ¿Existe lo 'legítimo' o lo 'ético' para estos problemas?

Estas y muchas otras preguntas surgen después de conocer las utilidades conseguidas por las Isapres durante el primer semestre de 2014, las que llegaron a casi $50.000 millones. La Asociación que reúne a estas poderosas compañías, argumentó que influyó el aumento de los beneficiarios del sistema, la existencia de menos enfermedades y el aumento de los ingresos por sobre los gastos.

La información fue entregada por medio de un comunicado y entonces, como era previsible, comenzó un vendaval de evaluaciones. El superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, aseguró que 'nos pesa mucho el hecho de que haya un control de costo y paralelamente se intente aplicar alzas que afectan a los usuarios'.

A nivel de afiliados y políticos las reacciones fueron más dramáticas. Se criticó la utilidad alcanzada, poniendo como contraparte a una ciudadanía que aparece desvalida y sometida a una industria perversa a la que sólo le interesa lucrar, incluso practicar la usura si así fuera posible. En muchos casos así ha sido. Las Isapres no enlistan enfermedades, controlan precios y discriminan, aspecto en el que tienen responsabilidad ellas y el regulador. Probablemente, las instituciones de salud previsional, previendo este escenario, enviaron el comunicado que implícitamente muestra la incomodidad con la cifra.

El problema con el lucro, partió con la educación, logrando satanizar el término, pero confundiéndolo con la usura. Todos lucramos, existe un orden para ello, pero la usura (cobros excesivos, para decirlo en forma simple) es el problema, cuestión que está regulada y castigada.

Si el problema se acota al lucro, ello tiene complicaciones mayores, porque la censura sólo se aplica entonces en algunos casos. ¿Qué viene después? ¿El agua, la salud, los supermercados? Bajo la lógica de la propaganda, los simplismos pueden crear cualquier realidad, por cierto amparadas en descriterios aplicados por largos años.

Ni lo uno, ni lo otro

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Una paradoja es una contradicción aparente. Se trata de asuntos que a simple vista aparecen como contradictorios, pero que examinados más de cerca puede que no lo sean. Se presenta a menudo como algo que posee dos polos opuestos, los dos extremos de una misma línea, las dos caras de una medalla. No se trataría, en todo caso, de resolver o tomar una decisión situándose al centro de los dos extremos, sino que de tomar conciencia de la existencia de ellos, tratando de descubrir cómo están ligados.

Es, en este aspecto, donde reside la diferencia esencial entre dilema y paradoja. El dilema es un problema moral, que en función de los valores del interesado, obliga a efectuar una elección entre algo y lo otro y que muchas veces puede provocar soluciones poco armoniosas entre intereses divergentes.

Si, por ejemplo, centralización y descentralización, representan dos aspectos de un mismo fenómeno. ¿Por cuál optar? Surge una paradoja: mientras más centralizada es una organización, en que la uniformidad ignora los eventos específicos o las excepciones, provocando reacciones en los niveles inferiores, en los que más iniciativas se desarrollarán. Si, por el contrario, una organización es administrada de forma descentralizada, se pueden producir roces en la aplicación de criterios y reglas y por lo tanto surgirá la necesidad de organizarse de manera más uniforme y centralizada. De esta manera, muchas organizaciones han decidido alternar entre la gestión centralizada y la descentralizada, comprendiendo que estos aspectos son dos fases de una misma realidad y sustentada en la comprensión del dinamismo organizacional.

Y hay más paradojas en el ámbito organizacional: innovar pero sin arriesgar, tener una visión de futuro, pero depender del día a día, trabajar en equipo pero premiar individualmente, lograr eficiencia aumentando el entrenamiento, pero en la práctica reducir el personal, para lograr el éxito es necesario fracasar, para producir su mejor trabajo, la gente necesita descansar, requerir habilidades duras, tales como la inteligencia lógica y también las habilidades blandas, como la inteligencia emocional, el cliente se atiende mejor cuando la organización es eficiente; lograr estabilidad, significa permanente cambio, la organización es eficaz cuando se pone al cliente en primer lugar, las personas necesitan controles para ser libres, el directivo debe estar pendiente de los asuntos internos de la organización y por otra parte debe ser un excelente creador de contactos con el entorno. etc.

A menudo, podemos sorprendernos por la forma en que los dos extremos de una paradoja se pueden aproximar teniendo muchos elementos en común, pero que no necesariamente se hacen explícitos a primera vista. Entonces, la paradoja invita a la reflexión y a un análisis más profundo. Bien decía Marcel Proust «aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia».