Inteligencia emocional ayuda a mejorar las relaciones y elevar el rendimiento escolar
Mientras los padres están preocupados de que sus hijos aprendan matemática y lenguaje, a los profesores les inquieta mantener la disciplina y el respeto en la sala de clases. Pero las competencias emocionales, sin embargo, están ausentes en esa ecuación, olvidándose que éstas son la base sólida sobre la cual los niños construyen aprendizajes significativos y relaciones armónicas.
Neva Milicic Müller, psicóloga, doctora en Filosofía de la University Of Wales, Reino Unido, columnista y escritora, ha desarrollado ampliamente este tema en textos y conferencias. Fue por el mismo motivo que vino a Concepción, invitada por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián para participar en el Décimo Encuentro de Educadores, organizado por esa unidad académica. En la oportunidad ofreció la conferencia 'El desafío de la inteligencia emocional', en que la teoría la matizó con diversas experiencias obtenidas no sólo en su consulta, sino que también de sus vivencias como madre y abuela.
La expositora lo primero que advirtió es que la disociación entre aprendizaje cognitivo e inteligencia emocional está pasada de moda. 'Si el niño está mejor dispuesto hacia el aprendizaje, está en una posición más serena y positiva, lo que aumenta su rendimiento escolar'. Por ende, si padres y profesores quieren mejorar el aprendizaje, deben preocuparse de desarrollar competencias emocionales en los niños.
La experta lamentó los altos niveles de agresividad que hoy se registran y el hecho de que muchos de estos problemas emocionales aparecen a edades, cada vez, más tempranas.
En ese contexto, fomentar el desarrollo de la empatía y la autorregulación es fundamental y no sólo para mejorar las relaciones entre los niños, sino que también su capacidad de aprender. 'La mayor ideación suicida se da en niños que tienen problemas de rendimiento escolar y quienes tienen muy mal rendimiento pasan de la ideación a los gestos suicidas', dijo Neva Milicic.
De este modo, es preocupante que la educación emocional se deje bastante al azar, 'no hay reflexión ni intencionalidad pedagógica en la formación de inteligencia emocional como tampoco en la formación valórica', afirmó.
Y un ejemplo es que son temas que han estado absolutamente ausentes de la discusión de la reforma educacional.
CRUELDAD O BROMA
La psicóloga sostuvo que una de las competencias fundamentales que se debe desarrollar en los niños es la empatía, que se refiere a 'la capacidad de entender lo que a otro le sucede, pero no sólo sentir lo que el otro siente, sino que también de ser capaz de hacer algo por el otro'. Eso sí, llamó a estar alerta si se pierde el equilibrio. 'Tampoco podemos sobrecargar a los niños con los problemas de otros. Ellos tienen que aprender a compartir, pero también a tener conciencia de sus derechos', destacó.
'Hay que sembrar bondad, pero se debe tener cuidado de que no pasen el límite entre la bondad y la ingenuidad', agregó la académica.
Tampoco hay que olvidar que en los ambientes escolares se debe velar por las buenas relaciones, no interpretando crueldades como simples bromas. Y es que, según explicó, 'la experiencia escolar es de gran importancia, ya que las relaciones humanas allí experimentadas se transforman en modelos de convivencia social'.
CRÍTICA Y ELOGIO
Neva Milicic llamó a los padres y profesores a focalizarse en lo positivo. 'La relación entre la crítica y el elogio debe ser de una es a cinco'. Es decir, los adultos por cada crítica que plantean a los niños, deben emitir cinco alabanzas.
Dijo que el problema no es sólo que los adultos dicen más cosas negativas, sino que además la intensidad con que las plantean es mayor. Pidió no olvidarse de decir lo obvio y que las experiencias positivas hacen que los niños se sientan más cercanos, queridos y valorados.
Asimismo, es importante la alfabetización emocional. Hacer que los niños hablen sobre sus emociones. Las conversaciones con ellos no sólo deben centrarse en hechos, sino también en ideas y emociones tanto pasadas como futuras. En ese sentido, el cine y los cuentos constituyen excelentes herramientas para hacer que los niños aborden las emociones.
La psicóloga aseveró que se les debe transmitir a los niños que 'no hay emociones buenas ni malas, todas son legítimas. Lo importante es qué hacemos con esa emoción'. Explicó que, por ejemplo, la rabia tiene aspectos positivos pues permite que los niños no acepten situaciones injustas o que los pasen a llevar.
'No es lo que se siente el problema, sino qué se hace con lo que se siente. De ahí es importante la autorregulación. Uno tiene que aprender a mandar sus rabias y no dejar que las rabias lo manden a uno'.
-La carga genética no es el destino, de alguna manera siempre se puede compensar. Normalmente lo que sucede es que lo genético va junto con lo ambiental. Tenemos a un niño que es impulsivo, pero los papás son impulsivos y lo educan de manera impulsiva, entonces es difícil discriminar, ahora la pregunta es cuánto es heredado y cuánto, aprendido. En todas las conductas hay un porcentaje heredado y otro aprendido, cuánto corresponde a cada uno va a variar y se puede modificar. Mientras más chico, más fácil es cambiar los caracteres, cuando has dejado pasar mucho tiempo, es muy difícil.
-Todos los niños pueden desarrollar competencias emocionales, es mucho más importante ponerle trabajo a aquellos que les cuesta más porque van a necesitar de autocontrol, regulación y empatía y mientras más chicos, tienen más posibilidades de cambiar.
La profesional explicó que la relación entre crítica y elogio a los
La mayor ideación suicida se da en niños que tienen problemas de rendimiento escolar y quienes tienen muy mal rendimiento
La carga genética no es el
'Hay que ser generosos emocionalmente,
Según manifestó la psicóloga, aquellos niños que presentan baja inteligencia emocional, tienen mayor riesgo de presentar: