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El precio del Canal

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El primer barco chileno que cruzó el Canal de Panamá, el Santa Clara, llegó a Arica a fines de julio de 1914. Por varios meses, la vía interoceánica había estado en 'marcha blanca'. Semanas después, el 15 de agosto, el vapor 'Ancón' inauguró oficialmente el paso del Atlántico al Pacífico.

Cuatro siglos antes, en 1514, Vasco Núñez de Balboa construyó una ruta de 65 kilómetros para trasportar sus buques por tierra hasta la bahía de San Miguel en el Pacífico. Como se comprobaría penosamente siglos más tarde cuando se iniciaron las excavaciones para el canal, el terreno poco consistente, las lluvias torrenciales y la agresiva vegetación, conspiraron contra todo proyecto. Pero nunca se abandonó la idea de ahorrarse el viaje hasta el extremo sur de América. A comienzos del siglo XIX, tras un recorrido de cinco años por todo el continente americano, el alemán Alexander von Humboldt habló de la posibilidad de un canal. Tal vez como consecuencia, en 1819 el gobierno español dio su autorización para la construcción de dicha obra. No prosperó. En 1839, Colombia -cuyo territorio incluía Panamá- consideró que había llegado el momento. El primer acuerdo fue con una firma francesa. Fracasó.

Ahí apareció Ferdinando de Lesseps, famoso por la exitosa construcción del Canal de Suez. Pronto comprobó que la experiencia en el seco desierto africano era muy distinta de la de América Central. De Lesseps también fracasó con pérdidas astronómicas y, finamente, fue el estado norteamericano el que se hizo cargo de la obra. Para EE.UU. la comunicación expedita de una costa a otra era un imperativo estratégico.

Según David McCulloug, autor de 'El cruce entre dos mares', el canal costó unos 352 millones de dólares de la época. En los cien años transcurridos desde su inauguración, ha sido un buen negocio. Tan bueno que Panamá, una vez que empezó a recibir los derechos de peaje en 1999, vive un milagro económico. Así se acaba de reconocer: 'Este año fiscal la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) alcanza otro hito en la historia de su administración al traspasar la barrera de los 10.000 millones (de dólares) en aportes al Tesoro Nacional en 15 años'.

El costo que no se ha recuperado es, desde luego, el de las vidas perdidas en las obras: 5.609 trabajadores murieron por enfermedades o accidentes.

Más difícil de calcular es, en cambio, el costo que tuvo para Chile el reemplazo de las vías en uso hasta entonces: el estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos. En los turbulentos años que siguieron a 1914, incluyendo la Primera Guerra y la consiguiente crisis del salitre, Chile (y Magallanes) acumularon considerables pérdidas económicas. Hasta que los cambios en la economía mundial volvieron a hacer rentable el cruce por el extremo sur del continente. Falta ver el impacto de la ampliación del canal que está en curso y que ha tenido no pocas dificultades.

Unidad es la receta

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Existe preocupación entre los gremios y economistas por el estancamiento que sufre la Región del Bío Bío en materia económica. Dicha inquietud tiene sus fundamentos en la percepción, pero especialmente en los indicadores que advierten que la zona está en problemas.

Si se revisan algunas cifras la realidad es para poner atención. Por ejemplo, el desempleo llega a 7,6%, mayor que el promedio nacional. En el campo inmobiliario -uno de los sectores que representa el mejor termómetro de la economía local-, el gasto en construcción durante el primer semestre de 2014 disminuyó en 16% comparado con el mismo periodo del año pasado, y la velocidad en la venta de departamentos bajó en 8% entre junio de 2013 y junio de 2014.

Los representantes de los gremios productivos locales plantean que son varios los factores que inciden en estos números rojos, sin embargo atribuyen algunas variables, como la incertidumbre por la Reforma Tributaria, la falta de conectividad e incluso la contaminación en la Región, que facilitan este pesimismo en los inversionistas y las dudas de que en el corto plazo la desaceleración vaya a tomar otros rumbos más optimistas.

¿Qué hacer para cambiar la situación? No hay respuestas concretas, sin embargo los especialistas coinciden en que el trabajo en conjunto es la mejor receta para intentar retomar el rumbo.

El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción a nivel regional, Miguel Angel Ruiz-Tagle, planteo que 'en este momento hay un clamor general por impulsar que Concepción se desarrolle y creo que los gremios en este momento hemos estado generando reuniones para crear voluntad al propósito de crecimiento y ese alineamiento, creo que se está dando y tenemos que aprovechar esta instancia'.

El dirigente entrega un diagnóstico certero al respecto. En ese sentido, bien vale la pena que el mundo público, encabezado por el intendente regional, y el sector privado puedan trabajar de manera más estrecha para encontrar las fórmulas que promuevan un despegue y la Región se encamine hacia el desarrollo. ¿Hay voluntad? Todo indica que sí, quizá lo que falta es intensificar el diálogo y ponerse de acuerdo en el rol que le corresponde a cada uno en esta tarea.