Secciones

Nuevo ministro

E-mail Compartir

-No tengo previsto hablar con los jueces anteriores del caso, ni tampoco creo que a partir de ellos pueda obtener alguna diligencia que pueda ser pertinente. Las conclusiones prefiero obtenerlas de mis propios análisis.

-No, nadie. Pero tal como en su oportunidad lo hizo el ministro Jaime Solís, yo también hago un llamado a quienes tengan información del caso a que se acerquen acá a la corte y vengan a mi despacho, bajo todas las garantías que otorga la ley para estas situaciones.

'La verdad del caso debe estar en el expediente'

E-mail Compartir

El 7 de mayo, a las 11 de la mañana, la entonces jueza del Tercer Juzgado Civil de Concepción, Carola Rivas, llama por teléfono a sus padres en Rancagua para contarles que acababa de ser notificada como ministra titular de la Corte de Apelaciones penquista, constituyendo con ello uno de los pasos más importantes en sus dos décadas de carrera en el Poder Judicial.

Rivas, quien se formó como abogada en las aulas de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), a esa altura ya hacía ruido en la prensa local por su trabajo en el citado juzgado civil, donde tuvo que ver causas relacionadas al terremoto del 27 de febrero de 2010 en la Región del Bío Bío, donde tanto el Fisco como inmobiliarias fueron parte.

Tras su designación, la rancagüina de 43 años comentaba a Diario El Sur que 'aquí he tenido los casos más importantes de mi carrera', a propósito que también ya operaba como ministra interina del máximo tribunal local.

Sin embargo, 80 días después vendría algo aún más significativo: se vería liderando uno de los enigmas policiales de mayor repercusión en todo el país, el de la desaparición y muerte de Jorge Matute Johns.

Carola Paz Rivas Vargas es la cuarta jueza que investiga la muerte de Coke, el joven estudiante de la Universidad de Concepción que fue visto con vida por última vez en la madrugada del 20 de noviembre de 1999 en las dependencias de la discoteque La Cucaracha de Talcahuano, donde junto a su amigo Gerardo Roa y las hermanas María Paz y María José Maldonado llegaron a participar de una fiesta electrónica.

A casi 15 años del suceso, Rivas se hace cargo del caso luego de la inhabilitación del magistrado y presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción, Jaime Solís, quien dio un paso al costado porque un yerno era testigo clave en la causa, apareciendo en el expediente con al menos cuatro declaraciones a la PDI entre 2000 y 2001.

Actualmente, el despacho de la ministra, ubicado en el tercer piso del Palacio de Tribunales, acoge en sus rincones las 40 mil fojas de la investigación. El suelo de la oficina ha pasado a ser una estantería bibliotecaria, donde descansan, a la espera de ser leídos, los 39 tomos de las indagaciones de los primeros jueces del caso: Flora Sepúlveda y Juan Rubilar, junto al nuevo tomo 40, el que data de diciembre de 2013, tras la reapertura de sumario decretada por el ministro Jaime Solís.

'En los medios ha salido que el expediente consta de 20 mil fojas, cuando en realidad son 40 mil. Pasa que junto a los tomos existen 29 cuadernos secretos (esa calidad se da cuando hay reserva de identidad en declaraciones), donde algunos de ellos tienen hasta dos a tres tomos cada uno', precisa la ministra en visita, al mismo tiempo que hojea los documentos.

'Ahora tuve que volver a ocupar mi maletín de hace 20 años, que usaba cuando era relatora. Es que me llevo tomos para la casa', cuenta la ministra, madre de tres hijos y quien en 2007 puso pie en suelo penquista.

Sobre su renuncia a la Facultad de Derecho de la Universidad de Concepción, donde se desempeñaba como colaboradora docente, explica que esa condición académica no era causal de implicancia y, por ende, de inhabilitación. Sin embargo prefirió optar por aquello para evitar cualquier escenario de confusión en terceros: 'Eso demuestra que mi principal preocupación es el Caso Matute'.

-He tratado de avanzar con la mayor rapidez, porque entiendo que es una necesidad la resolución de este caso. Tengo un mes concedido para la dedicación exclusiva y tengo que ver si voy a pedir la ampliación de este plazo. En el intertanto estoy trabajando todo el día aquí en la corte, me llevo algunos tomos para continuar trabajando en mi casa. De hecho, pasé todo el fin de semana avanzando en el estudio.

-Creo que más de 12 horas. Creo que hasta sueño con Jorge Matute. Desde los primeros días he estado con bastantes ideas que surgen desde los primeros tomos y todo el día uno anda pensando, tratando de encontrar respuestas. En la revisión quiero encontrarme con las respuestas que las partes exigen de verdad. Después de casi 15 años, la verdad del caso debe estar en el expediente.

-Me acuesto estudiando a la 1 de la mañana y ya a las seis me levanto… Duermo cinco horas en este momento.

-

-Puede llamar mucho la atención no solamente la cantidad de personas o de declaraciones que se recibieron, pero más que nada la cantidad de pistas que aparecen en llamados anónimos, gente que dijo haber visto ciertas cosas… Pistas que desviaron mucho las líneas investigativas. Eso llama mucho la atención. Por ejemplo, uno puede ir en el tomo 7, vale decir, ya 2 mil páginas, y recién nos encontramos con declaraciones obtenidas en diciembre de 1999. En un mes ya teníamos siete tomos de esta causa. Eso da cuenta de la cantidad de pistas que a menos de un mes ya se estaban trabajando. Por eso mi labor, más que leer cronológicamente la causa, ha sido organizarla en ciertos hechos que en su momento fueron determinados por los policías como hipótesis de lo que había ocurrido.

-A partir de esos hechos voy a ver qué pruebas hoy día en la causa las apoya. Como decía: el estudio no ha sido cronológico, porque así como saqué información del tomo 7, también he revisado el 31, el 33, donde saqué unos informes policiales para ver en qué se apoyan algunos elementos en ciertos hechos.

-No quiero decir que hubo hechos que se ocuparon como si esto fuera un complot. La verdad es que no me da la impresión de que estas cosas fueron un complot como tal. Lo llamativo es la cantidad de llamados, de pistas, de gente que vio situaciones extrañas, y otras que dicen no haber visto nada esa noche en la discoteque, pero después se refieren a tres o cuatro peleas, como si eso fuera normal.

-No lo puedo afirmar. He tratado de apurarme en el estudio de la causa, sin prejuicio que de forma paralela he estado pidiendo cuentas de algunas diligencias y además decretando otras. De hecho, ya tuve una reunión con peritos del Servicio Médico Legal, recibí la declaración del ex detective Héctor Arenas, precisamente para ampliar la declaración que él hace poco (12 de julio) dio (al entonces ministro a cargo del caso, Jaime Solís). Cuando termine este estudio, evidentemente van a surgir otras diligencias y ahí es donde debo analizar si para su realización necesito otro mes de dedicación exclusiva.

-Lo que pasa es que no es lo mismo lo que escuchas de lo que lees. Efectivamente, estaba la declaración de Héctor Arenas, pero ésta me llega por lo que está escrito en la causa. Al momento de leer esto me surgen algunas dudas y la idea de aclarar ciertos hechos. Quizás puede haber dejado esa declaración para más adelante o cuando estuviera en conocimiento de todo lo que está en la causa para hacer las preguntas precisas y obtener la información más concreta. Sin embargo, por una cuestión totalmente excepcional, la cita fue el miércoles, dado a que el señor Arenas se iba del país por varios meses. Y es en ese ambiente de diálogo con las personas donde se pueden entender más cosas que por medio de la lectura.

-Fue solamente para informar los avances. En términos generales, se dio cuenta del avance de ciertos informes que hoy día están solicitados a España y otros que son de competencia de peritos en Santiago.

-Estoy consciente que es una causa bastante importante, que tiene una historia en Concepción y que incluso ha dejado mal parado al Poder Judicial y a las policías. Es importante no solamente para Concepción, también para el país y especialmente para el Poder Judicial, en cuanto a las respuestas que no se pudieron dar en su oportunidad frente a un delito tan grave.

-Ellos han dicho que confían en mi designación, dado que para ellos era importante que el ministro que ahora llevara la causa no fuera de esta ciudad. Ahora, hay que aclarar que esto no fue (la nominación) el motivo por el que el pleno de ministros de la Corte de Apelaciones decidió. El plenario decidió por un turno que estaba previsto y eso tangencialmente favorece las pretensiones de la señora María Teresa Johns. Como ustedes saben y ha sido publicado, yo no tengo orígenes ni familia en esta ciudad, ni tampoco mis estudios. En ese sentido, una de las condiciones que la madre de Jorge Matute pidió se terminó dando sin querer… no sé si eso será una señal (sonríe la ministra). Tengo claro que la responsabilidad en esta causa tiene una connotación dentro de la vida de Concepción, del país y lo que importa con esto es que el Poder Judicial no aparezca inepto. Si bien sé que no puedo asegurar que soy la que va a obtener la verdad, sí tengo todas mis energías dispuestas en el cumplimiento de esos objetivos.

-Estoy evaluando esa diligencia y muchas otras. Pero, éstas solamente las voy a poder determinar cuando termine el estudio del expediente. Cuando cite a ciertas personas, tome declaraciones, tengo que tener un orden previo de lo que ya han declarado, y así poder hacer las preguntas pertinentes. Tengo que confrontarlos con diligencias que ya se han hecho en la causa. Voy a tener que ir viendo y separando aquellas diligencias que realmente sí pueden tener un objetivo de aquellas que estén ya claramente agotadas. Cuando haga esa separación, le aseguro que voy a obtener la mitad de lo que en ese proceso realmente sirve.

-No puedo descartar nada, mucho menos ahora en que, como vuelvo a insistir, no he terminado el estudio completo de la causa. Tampoco puedo decir en qué tomo voy, porque ha sido un estudio de cruce de información y no tengo todos los puntos relacionados. Eso sí, hay una cronología de hechos e hipótesis, pero tengo que organizar el expediente en todas las pruebas que me permitan corroborar o descartar estas hipótesis. Ahí recién determinaré qué es lo que necesito para no seguir un camino de decretar diligencias inútiles o que provengan de líneas investigativas que estén agotadas.

-

-La historia dice que sí. Hay muchos crímenes que han terminado sin responsables, esto debido a que existen investigaciones que se han cerrado sin resultados, donde muchas familias de gente desaparecida han visto que las policías y las entidades competentes no han podido dar con el paradero de la víctima.