Educación e inversión
J.Rigoberto Parada Daza
F
Anteriormente se analizó aquí el erróneo paradigma: 'La educación no es un bien de consumo sino un derecho'. Es una frase sin apoyo de inferencia lógica. Respecto a su reiterada repetición ¡ya es suficiente! En concepción económica, la educación es un servicio y no un bien o mercancía. Es inversión y no consumo pues quien la efectúa recibe beneficios futuros (monetarios y no monetarios) por largo periodo.
Se agregó que toda inversión implica un financiamiento que, en este caso, son cuantitativamente iguales. Hay varios tipos de financiamiento. Se expuso que quien recibe educación, por justicia ética, le genera simultáneamente derechos y deberes.
Se sugirió hacer un esfuerzo analítico y estudiar la educación desde un análisis cruzado, matricial, entre los binomios Inversión-Financiamiento y Derechos-Deberes. Se hará aquí tal intento para incentivar la reflexión y desde el punto de vista de las familias y educandos. Esto permite facilitar la comunicación y mitigar el rol de la discordia discursiva, que entusiasma pero es usualmente irresoluta.
El monto de la inversión en educación genera derechos, proporcionalmente equivalentes, a las familias, entre otros, los siguientes: Derecho a invertir en educación, a requerir niveles altos de excelencia del servicio, a disfrutar de buenas instalaciones y acomodaciones, a demandar buenos profesores y material didáctico.
Simultáneamente, con igual relevancia, la inversión genera deberes a los educandos, tales como: cuidar la inversión (edificios y activos), responder con el máximo esfuerzo personal (estudio intenso, reflexión, muy buen rendimiento académico), respetar valores implícitos en la inversión (tanto en personas como instalaciones), responder a la sociedad por la inversión siendo buen profesional, buena persona (honesto y respetuoso), entre otros.
Al otro lado, el financiamiento también genera derechos a familias y educandos, tales como: derecho a obtener financiamiento con requisitos adecuados, a discutir condiciones de financiamiento, a buscar libremente financiamiento, a buscar becas u otros. Simultáneamente, el financiamiento también genera deberes a las familias y educandos, tales como: devolver el financiamiento y no sólo trabajo en beneficio personal, colaborar con posible financiamiento para las nuevas generaciones de estudiantes, comunicar a la sociedad la satisfacción personal por haber obtenido financiamiento, entre otros.
Lo anterior es una invitación al lector a continuar el análisis. En una sociedad madura, para definir sus políticas públicas, los eslóganes y tautologías ni deberían ser relevantes.
Lo anterior es una invitación al lector a
acultad Ciencias Económicas y Administrativas