La primera planta piloto en Chile para producir biocombustibles a partir de residuos forestales, está próxima a ser inaugurada en Concepción. Soporte de esta iniciativa es el consorcio BioEnercel, en el que participan las universidades de Concepción, Católica de Valparaíso, Fundación Chile y las empresas forestales Arauco, Masisa y Cmpc.
El énfasis de la primera etapa de trabajo es la producción de bioetanol. Se trata de un biocombustible, o un combustible ecológico y renovable, que se obtiene a partir de las maderas.
Chile no produce combustibles, depende del petróleo y el gas extranjeros, pero sí cuenta con una actividad forestal que participa con el 2,6% del Producto Interno Bruto (PIB). De este modo, la posibilidad de generar biocombustible a partir de la biomasa forestal, constituye una oportunidad para el país, por su disponibilidad y las perspectivas de desarrollo tecnológico.
Los orígenes de la planta piloto, instalada en el Campus de la Universidad de Concepción, se remontan hace seis años a un llamado de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), quien invitó a consorcios tecnológicos empresariales de investigación en biocombustibles a partir de material lignocelulósico, que en palabras simples, es el principal componente de la pared de las plantas.
En la práctica, y a través del programa Innova Chile de Corfo, se realizó la convocatoria Concurso Nacional de Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación, que apuntó a hallar soluciones innovadoras para el desarrollo de la industria de producción de biocombustibles, a partir del uso de biomasa forestal. El capital alcanzó aproximadamente US$8 millones que aportó Corfo y las empresas socias.
La clave de la planta, dice Fernando Rioseco, presidente del directorio de BioEnercel, es que 'su importancia consiste en que la puesta en marcha y funcionamiento permitirá reproducir y validar todas las etapas del proceso de producción de bioetanol a partir de madera y otros lignocelulósicos, que fueron desarrolladas en laboratorio en la etapa experimental por investigadores del consorcio'.
Existe un gran interés en el país por producir biocombustibles y, por otro lado hay mercados relevante para biocombustibles por su utilidad y sus características, de segunda generación, es decir, no se usan fuentes de alimentos, como el maíz o la soya como materia prima.
La etapa que viene es el escalamiento pre comercial. Depende de decisiones políticas y económicas, pero directivos como el gerente de BioEnercel, Christian Villagra, aseguran que la planta piloto cumple todas las condiciones para el desarrollo de las variables de ingeniería que permitirían continuar con escalamientos pre comerciales.
Han hecho simulaciones para saber qué inversiones y enfoques se necesitan para eventuales y futuros volúmenes de producción y elaboraron planes de negocio para cada escenario, con base a experiencias empíricas en laboratorio. Los resultados han sido positivos y esa información estratégica está siendo analizada por las empresas forestales.
Christian Villagra explica que 'hay mercados alternativos como para poner esto en producción. Estamos a nivel de planta piloto, después habrá que pasar a la etapa pre comercial en la que existen costos elevados, pero hay un mercado potencial relevante y nosotros podríamos llegar con precios muy competitivos, como lo han indicado nuestras simulaciones. Pero el salto de laboratorio a producción comercial depende no sólo de inversiones sino también de decisiones políticas. Mientras tanto, las empresas forestales están analizando esta información.
La planta de BioEnercel es, en todo caso, absolutamente versátil y planeada con el concepto de bio-refinería.
'Con evidencia científica y una perspectiva válida para posibles negocios de producción y comercialización del biocombustible y otros productos derivados, claramente, el resultado es de interés industrial y de innegable interés estratégico y de desarrollo para Chile', agrega Fernando Rioseco.
Transformar madera en biocombustible es la apuesta y el logro en la planta piloto. En un esquema comprensible, lo que hacen es separar el azúcar, la lignina y transforman el azúcar en etanol a la que sacan el agua y destilan. Queda un producto listo para darle uso vehicular.
Sin embargo, hay más logros. El director científico del Proyecto BioEnercel, doctor Jaime Rodríguez, explica por ejemplo que en el área forestal los investigadores han llegado a la conclusión que terrenos que no son cultivables ahora, ni desde el punto de vista agrícola ni forestal, podrían ser utilizados en plantaciones dedicadas en forma exclusiva a elaborar biocombustibles. Es lo que se llama plantaciones dendroenergéticas.
Esto provocaría un impactante beneficio social ya que están identificadas alrededor de 16 mil hectáreas, en el secano costero de las Regiones del Biobío y del Maule, propiedad de pequeños parceleros, en muchas de ellas se podría plantar y cortar en cuatro años y menos aún, no en 12 años como es cuando se siembra para uso forestal.
Rodríguez dice que hay países que tienen desarrollos ya en etapa pre comercial, pero son diferentes a lo alcanzado en Concepción. En el norte de Italia una planta produce principalmente con residuos agrícolas, Dinamarca, Finlandia y Estados Unidos tienen avances, Brasil produce etanol con caña de azúcar.
Continuar en la senda de BioEnercel permitiría darle sustentabilidad a un país como Chile en que un alto porcentaje de su PIB es forestal y una Región en que el 75% de sus exportaciones son forestales; en un contexto en que el destino de la humanidad es transformar una economía basada en el petróleo en una economía verde, destaca el doctor Rodríguez.
millones de dólares