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El robo de bebés

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Esto no puede estar pasando: robo… venta de bebes en la Región. ¿Quién no daría la vida por un hijo? Todas las madres del mundo, por adolescentes que sean.

Niños entregados en 'adopción' sin que le hayan consultado a sus madres si es que ese era el destino que querían para esos seres que alojaron 9 meses en su vientre

Niños arrancados de los brazos de su madre, a escondidas, entre la tiniebla de la noche o el sol del mediodía mientras detrás de cualquier puerta que te protegía, había alguien con los brazos extendidos para recibir el pequeño bultito de vida. ¡Es que no puede estar pasando!

Y agrava mucho más esta terrible situación que existan médicos, religiosos y religiosas vinculados a estos verdaderos crímenes estilo nazi pero que acontecen en pleno siglo XXI.

Del siglo del despegue tecnológico, de las comunicaciones inmediatas, de las pantallas que terminan ahogándonos con esta noticia que trasciende y golpea tan fuertemente.

Creí que en la misa del domingo de la parroquia de mi barrio, además de orar, rezar por quienes fallecieron y los asistentes pedirían la oración o mencionarían a los hijos arrebatados y entregados clandestinamente en adopción (se supone) en este Chile nuestro. Que pedirían al altísimo por las madres desgarradas que buscan reconstruir sus vidas a partir del conocimiento cierto de esta nueva tragedia que afecta a la humanidad de este largo y angosto país llamado Chile.

¿Quién lo investiga? La denuncia emana de un medio de comunicación y se crea una página web para recoger los casos, pero ¿cómo es posible que el parlamento donde están todas las sensibilidades representadas no hayan surgido una Comisión Investigadora ante una situación tan grave. ¿Qué estarán esperando? ¿Qué se encadenen al Congreso los hijos que buscan a sus verdaderos padres y las madres que buscan a sus hijos cuyos cuerpos jamás les entregaron?

Y esta nota nace a partir del reportaje de El Sur del domingo 20, donde se indica que sería más de 2 mil los casos conocidos en la Octava Región. Es una tragedia humana mayor y ¿cuándo se investiga y se nombra un ministro en visita? Por favor.

Una madre daría la vida por un hijo... las madres de los detenidos desaparecidos han dejado la suya buscando la verdad. ¿Estamos ante un nuevo golpe a los derechos humanos? Es que esto no debe o no puede estar pasando en mi región y si ha acontecido efectivamente… por Dios que estamos mal como sociedad.

Jerusalén, tan lejos, tan cerca

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Cuna indiscutible para tres de las más importantes religiones del planeta: hebrea, islámica y cristiana: descendientes de Abraham, padre de Ismael e Isaac: palestinos y judíos respectivamente, poblaciones que convivieron, pacíficamente, al parecer en la época de Cristo, según nos mencionan las escrituras. Luego, los avatares de la historia y dos milenios más tarde, la matanza y el horror, ya no con un hasta benévolo garrote, sino con estrategias y armas de masiva destrucción sobre civiles.

Cada grupo esgrime razones muy dignas de habitantes de una tierra prometida, cada uno justifica la barbarie y la violencia aumenta exponencialmente. Se ha investigado que este pueblo hebreo, judío o sionista, fue uno de los primeros grupos que introdujeron el consumo de carne; proteína animal en su dieta y que ello daría cuenta del coeficiente de inteligencia que poseen por sobre otras poblaciones (un buen porcentaje de Premios Nobel son de inteligencia judía y les debemos notables progresos).

Además, que en ellos se ha evidenciado eso de que 'lo que no te mata, te fortalece', luego del holocausto y persecuciones a través de la historia, que dieran origen al notable arquetipo del 'judío errante' y que despertó en la población humana planetaria un grado de simpatías por esa victimización de la que fueran objeto, por lo que hasta hoy continúan con la caza de nazis, luego del Juicio de Nuremberg.

¿Después de vivir esas experiencias, qué hacen actualmente? ¿No se estarán comportando con los palestinos, peor que los nazis con ellos, o no es comparable el dolor humano, porque ellos son tan distintos? Claro: Son superiores, son el pueblo escogido por Dios, tienen un ADN diferente, es verdad: son soberbios, de soberbia supina, puesto que ellos no padecen de ignorancia supina como el resto de la humanidad y por ello esperaríamos una minúscula grandeza de sus gobernantes.

El pueblo elegido da el ejemplo de cómo seguir iguales o peores, teniendo en su historia registrada la concurrencia de hombres, también elegidos, para salir de la condición de vengadores, sobre todo sobre niños. Son casi incomprensible las aberraciones humanas que escuchamos y vemos por tv y lo único que podemos ofrecer, como cristianos, son nuestras oraciones para, en algo contribuir a deshacer ese karma enquistado como en roca viva: El fortalecimiento para la mejor sobrevivencia, tan lejos y tan cerca, porque las campanas también doblan por nosotros.

Recuerdo, el libro 'Los protocolos de los sabios de Sion', que se ha publicado nuevamente después de muchos años de conveniente retiro y ausencia en librerías, habría que releerlo y luego tomarnos un ubicol en pildoritas y un ubicatex en supositorios.

Su presencia siempre era una fiesta

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En los territorios de mi infancia, la calle Argentina de Concepción surge la imagen de Gabriela Schiavi Barberis. Somos dos pequeñas vecinas que conversamos en una puerta de calle. Me pregunta ¿sabes qué son los cumulus, los cirrus, las nubes? No. Pues me lo explica porque su papá, piloto civil, la lleva a volar y le enseña, cerca de las nubes, hasta donde partió definitivamente el 18 de julio último.

Luego está presente en mi adolescencia y juventud. El colegio, la micro Rengo-Lientur, las fiestas, los pololeos, los paseos, las amigas y amigos de entonces y una evidencia clara: los caballeros la preferían. Su extrovertida personalidad, su belleza, su humor, su música y su guitarra impactaban a todos. Su presencia siempre era una fiesta. En su casa comí por vez primera la torta pascualina, lo mismo que la torta bicolor de hojarasca, manjar e higos, confeccionadas por su mamá que la sobrevive, y que para mí se volvieron inolvidables. Su apellido era sinónimo de vidrios hermosos y de calidad, de la empresa familiar que funcionó en el Chile de antaño, que tenía industrias propias.

Guay estudió Arquitectura, que no terminó. Se dedicó a su otra afición -el dibujo-, un trazo delicado y fino a lápiz que evocaba al pintor Claudio Bravo, el mismo que la inspiró cuando hizo el retrato suyo y de su hermana Anita, cuando vivía en Concepción antes de alcanzar la notoriedad mundial. Gabriela expuso sus propios retratos en Santiago y en Concepción, lo que atesoró como hitos importantes en su vida.

Era asertiva cuando la palabra no estaba de moda. Algunos consideraban que era de una franqueza brutal. Defendía con ahínco aquello en lo que creía, pero podía compartir con quienes pensábamos u opinábamos distinto. Vivió algunos años en Alemania y regresó con una mirada moderna y abierta sobre temas que aquí se murmuraban: fue pionera en el trabajo voluntario con enfermos de Sida, acogió e integró a esas personas, muchos de los cuales fueron hasta hoy muy cercanos suyos.

Tenía grandes y buenos amigos(as) que la acompañaron los últimos años cuando la desesperanza, la tristeza y la preocupación se hicieron presentes. Enfermó gravemente y ella alegaba que eran las penas las que provocaron su mal. Se apagó su vitalidad y su energía, pero genio y figura en esta misma etapa ocupó las redes sociales para abogar por causas como la situación de los jubilados, sus críticas sobre la forma de hacer política y postulaba el ingreso de nuevos rostros en este ámbito y trabajaba por uno de ellos.

Cayó la última hoja de su calendario. Quienes la conocimos y quisimos estamos tristes, pero esperanzados de que 'donde esté con la energía de sus alas y la ternura de su alma', como escribió el gran Vicente Huidobro, esté bien, sin dolores, sin preocupaciones, en paz