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'The bridge' y el delirante realismo criminal fronterizo

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Cuando finalizó la primera temporada de 'The bridge' del canal FX, los televidentes quedaron con cierta sensación de incertidumbre.

La historia centrada en una dupla de policías provenientes de estaciones de ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos, mostró varias historias paralelas ligadas a la actividad criminal en esa zona. Sin embargo, al terminar el ciclo todas ellas se sentían inconclusas.

La espera parecía demasiada ante la urgencia de seguir con los acontecimientos. El inicio de la segunda temporada no hizo más que ampliar el abanico de situaciones sin resolver, instalando un nuevo y complejo caso que incluye a una villana oscura y siniestra, algo en el estilo de los malhechores de las películas de los hermanos Cohen.

APUESTA INTENSA

La continuidad del conflicto anterior igual sigue presente, pero de forma más sutil. Eso cumple con la evolución de los personajes principales, interpretados magistralmente por Damien Bichir (Marcos Ruiz), el detective mexicano, y Diane Krueger como su par norteamericana.

Ruiz está devastado por la muerte de su hijo, mientras debe lidiar con policías corruptos y las demandas del cártel mexicano al mismo tiempo.

Ella, por su parte, inesperadamente se cruza con un hombre que tiene conexiones con su pasado. Conociendo su historia amenaza con develar sus secretos a su jefe, el teniente Hank Wade (Ted Levine). El caso llevará a todos en dirección a una compleja red de lavado de dinero, corrupción policial y a la lucha contra la droga en Juárez, que se cuela en las calles suburbanas de El Paso.

Se suman otros protagonismos, personajes que ya conocíamos, pero que ahora tienen un seguimiento más acabado. Es el caso de Linder, un sujeto sombrío, pero con buenas intenciones. Se dedica a salvar a mujeres que huyen de una red de trata de blancas. También el periodista Daniel Frye, quien alguna vez tuvo una prominente carrera, pero que ahora está tocando fondo por el alcohol y las drogas.

La estructura con que se entretejen las distintas historias puede resultar delirante (también hay una viuda millonaria que descubre un túnel entre ambos países), pero al mismo tiempo potencia todo aquel universo de la actividad criminal entre Juárez y El Paso, lo cual obedece a una lamentable realidad actual.

Precisamente, el realismo salvaje y brutal es el principal mérito de esta entrega basada en la serie escandinava 'Bron'.

Bichir está sublime, y Krueger sorprende con la complejidad de un personaje con rasgos asperger, implacablemente directa y comprometida con su trabajo.

Pero incluso, y más allá de las actuaciones, el realismo convence por la multiculturalidad, aspecto que se consigue en gran parte por el trato de los idiomas.

Algunos personajes hablan español y otros inglés, tal como se daría en la vida real, lo cual además implica que cuando los capítulos son traducidos pierden gran parte de su encanto y efectividad.

Por ahora el abanico de relatos sigue desplegándose, pero ello da la posibilidad de ir atando cabos en cada episodio, haciendo más dinámica e intrigante la trama de esta intensa serie.