Ayer fue la tercera vez que Michelle Bachelet, en su calidad de Presidenta de la República, inauguraba una obra de Colbún. Pasaron 8 años, y ahora el escenario energético es mucho más complejo; los proyectos no sólo necesitan de la aprobación ambiental, sino de una 'licencia social', que les permitan operar.
Por eso es que una de sus primeras frases al inaugurar la Central Hidroeléctrica Angostura de Colbún, a la que asistieron también el ministro de Energía, Máximo Pacheco, empresarios, parlamentarios y autoridades locales, fue que 'Chile necesita tener más energía porque nuestro crecimiento depende de ello. Pero eso no puede ser a costa de las comunidades'.
En este sentido es que la Mandataria agregó que Angostura es un ejemplo palpable de proyecto sustentable e inclusivo, con un potencial turístico que da a la zona una alternativa real de desarrollo económico. 'Es allá hacia donde queremos ir. Estamos comprometidos a que los proyectos se hagan cuidadosamente y permitan a las comunidades salir fortalecidas'.
Puntualizó, que 'la energía hidroeléctrica está llamada a ser la más utilizada y a marcar positivamente nuestro futuro'. Y advirtió que a corto plazo (2015) el país contará con un estudio de cuencas de Maule a Aysén a partir del cual se establecerán las zonas más adecuadas para su desarrollo.
El presidente de Colbún, Bernardo Larraín Matte, recordó que desde aquella primera visita de la Presidenta Bachelet (2006) Colbún aportó con más de 900 MW de nueva capacidad de generación con inversiones por sobre US$2.600 millones, siendo la que más aporta al SIC.
Un 51% corresponden a 5 centrales desde la mini hidro San Clemente (6MW) a Angostura.
Bernardo Larraín, quien terminada la ceremonia compartió con un grupo importante de vecinos, en un encuentro muy cercano y afable, coincidió en que el país tiene el desafío de aumentar la capacidad de generación base, con un mayor sesgo a las fuentes propias y renovables como la hidroelectricidad, pero sin prescindir de un complemento térmico eficiente.
Hoy, dijo Larraín, 'debemos enfrentar esta discusión en un entorno más complejo, con una ciudadanía más empoderada y participativa, que no es sino la otra cara del desarrollo económico y social que nuestro país ha experimentado, y este nuevo contexto requiere una evolución en la institucionalidad, en el rol del gobierno y por supuesto, en las empresas'.
En relación al rol del gobierno destacó como un paso muy importante la agenda energética en cuanto a cambios institucionales, así como en la planificación territorial de cuencas, en el establecer mecanismos para que parte de los impuestos que generan los proyectos se queden en las localidades donde se instalan o que la política energética se conciba a través de un proceso participativo.
Mencionó lo señalado por el ministro Pacheco en el sentido de que Estado y gobierno deben asumir un rol articulador que va más allá de un permiso ambiental.
A juicio de Larraín, este rol debe tener como objetivo el que prevalezca el interés general por los legítimos intereses particulares 'y ojo que la palabra articulación es muy distinta a la palabra imposición', precisó.
Si antes los proyectos eran una ecuación entre un territorio físico, recursos humanos y financieros, hoy son territoriales y tecnológicos, como mediambientales y sociales. 'Creemos que Angostura es un eslabón en este proceso continuo de aprendizaje'.
Y lo ejemplificó, primero, demostrando que es posible compatibilizar la generación hidroeléctrica, el turismo y el desarrollo local. 'El proyecto siempre se concibió como un embalse de mínima regulación, es decir, que la cota no varía más de metro, lo que permite actividades turísticas y recreacionales en él'.
Para dar sustento a aquello se han financiado más de 90 emprendimientos vinculados al comercio y al turismo y capacitado a más de 300 personas de Quilaco y Santa Bárbara y, durante el verano de 2014, el parque recibió 13.300 visitas.
Un segundo elemento es que en el relacionamiento de la empresa con sus comunidades vecinas, el proceso es tan importante como el resultado. Aquí los procesos de diálogo son cruciales.
Un tercer factor que destacó fue el hecho de que llegaron al lugar 9 meses antes de ingresar el EIA del proyecto en septiembre de 2008. Este proceso permitió el reasentamiento de 46 familias, complementado con planes de acompañamientos productivo, y psicosocial.
Finalmente, el presidente de Colbún reafirmó el compromiso de la compañía con el desarrollo de nuevos proyectos potenciales de infraestructura energética, por unos 1.000 MW 'que integren con excelencia las dimensiones económicas, técnicas, sociales y medioambientales'.
El proyecto Angostura inició su tramitación ambiental en 2008 y obtuvo su resolución en noviembre de 2009 y comenzó su construcción en febrero de 2010 y produciendo energía para el país desde abril pasado. La obra alcanzó un peak de contrataciones en octubre con 4.500 personas.