Los padres de Madeleine McCann insistieron en que todavía es posible que su hija continúe viva, ya que 'no existen evidencias de que haya fallecido,' y advirtieron de que el responsable de su desaparición puede seguir en la calle.
'Ya sean una o varias las personas que se la llevaron, deben estar riéndose de nosotros desde hace años', lamentó Gerry McCann en declaraciones a los periodistas en Lisboa, donde el matrimonio participó en el juicio contra el comisario portugués que llevó el caso, Gonçalo Amaral.
El matrimonio británico reclama al ex inspector 1,2 millones de euros de indemnización por la publicación del libro 'Maddie, la verdad de la mentira,' una obra en la que el policía -ya jubilado- sugiere la participación de los progenitores en la desaparición de su hija.
Los McCann defendieron ante el tribunal que esta obra, editada en 2008, y la divulgación de un documental por la televisión lusa basada en estas mismas tesis, afectaron no sólo el honor de la familia, sino que también perjudicaron la investigación.
Su letrada, Isabel Duarte, defendió en declaraciones a EFE que las sospechas sobre la participación de los progenitores y el posible fallecimiento de la menor pudo retraer a algún testigo a la hora de colaborar con las pesquisas, mientras que el abogado de Amaral consideró que el texto apenas recopila las conclusiones de la investigación policial.
'Cualquiera que tiene a algún familiar desaparecido le dicen que fingió su secuestro, cuando esta persona todavía sigue desaparecida y estás haciendo todo lo posible para encontrarla... Creo que sería un shock para cualquier familia,' señaló Gerry McCann.
El padre de Madeleine aseguró que sus otros dos hijos, Sean y Amelie, se encuentran 'muy bien', aunque incidió en que no son inmunes al ambiente que los rodea. 'Ellos escuchan cosas, van a la escuela, escuchan la radio, las teorías. Una vez Sean le preguntó directamente a Kate porque Amaral dice que escondió a Madeleine', relató.
Gerry y Kate McCann fueron oficialmente considerados sospechosos por los agentes portugueses debido al hallazgo de rastros biológicos de la pequeña en sus efectos personales y en un automóvil alquilado tras la desaparición.