Letalidad del hantavirus
El presente año 2014 ha sido uno de los de mayor letalidad respecto del hantavirus en la Región del Bío Bío, si se considera que de los 9 casos confirmados, siete han fallecido. En consecuencia, esta región es la que tiene la mayor cantidad de contagios confirmados desde 1997, período en el que se han registrado 233 contagios, que representan el 27% del total de 878 casos que han ocurrido en el país.
La tendencia ha ido en ascenso en los últimos años y llama la atención la alta letalidad de la enfermedad. Durante los últimos 18 años, del total de casos registrados en la zona, 101 han terminado en decesos, es decir, la mortalidad llega al 43%. A nivel nacional las muertes por el virus se elevan a 309.
Esta es una enfermedad viral que se transmite al ser humano desde el ratón de cola larga, a través de la inhalación de olores de la orina de roedores contagiados. Al ser un roedor silvestre, el mayor riesgo lo tienen personas que viven en sectores rurales y quienes por actividades recreacionales van a esos lugares. El cuadro inicial es similar a una gripe, con fiebre, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, a veces acompañado con síntomas gastrointestinales y con dificultad respiratoria progresiva. Estos pacientes necesitan ser diagnosticados oportunamente y derivados a hospitales que posean camas UTI, ya que su manejo es muy complejo y requiere atención especial. El gran riesgo radica en su alta letalidad.
Debido a las actividades relacionadas con la agricultura y recreación, el hantavirus se presenta mayormente en primavera y verano. Está asociado a fenómenos de aumentos de poblaciones de roedores, la sequía que puede llevarlos a acercarse a los sectores poblados en búsqueda de comida. En las altas cifras, también pueden incidir las situaciones de sospecha tardía.
La prevención que realicen las personas es considerada como la única forma para evitar contraer la mortal enfermedad, si se considera que no existe una vacuna contra el virus, sino que sólo se recurre al tratamiento viral para contrarrestarlo.
En la medida en que la comunidad sea cuidadosa y tome las medidas de higiene preventivas, especialmente en las zonas rurales, se podrá aminorar el riesgo, para no tener que lamentar más muertes o casos de contagio.