Cuando se realizó el sorteo, se habló de la mala suerte de nuestro país, que estaba condenado en el grupo de la muerte. Jugar con España, actual campeón, y a Holanda, sub-campeón, presagiaba lo peor.
Se inició el Mundial y las cosas se dieron de una forma impensada para muchos. Sobre todo después del partido con España, la selección pasó de ser comparsa a convertirse en favorita para ganar el grupo.
El fútbol es un juego de alta incertidumbre en que cada acción es una toma de decisión única e irrepetible, por lo tanto, las situaciones que se presentan en cada jugada requieren respuestas originales y únicas, que determinan el curso de un partido. Recordemos, por ejemplo, los goles de Argentina y Portugal en el último minuto.
Al terminar la fase inicial queda la sensación de haber clasificado merecidamente a octavos de final. El partido con Holanda a todas luces fue el más duro; independientemente del resultado, los tulipanes planificaron bien el partido, dieron la pelota y apostaron al contraataque o a las pelotas detenidas, jugaron en formación corta, achicaron el espacio con una idea de bloque bien formada desde la defensa, hicieron más faltas que la 'Roja', pero aquello no los perjudicó. Todas las faltas fueron lejos de la zona de riesgo, salvo un par cerca del área.
Chile, y ahí hay una diferencia con los holandeses, no supo cristalizar en gol. De todas formas hizo un partido correcto, fiel a su estilo, pero si quiere entrar al grupo de los que siempre están entre los cuatro mejores en los Mundiales, debe aprender de ellos. El partido pasado fue una buena lección, debe sacar provecho de ello y encarar lo que viene con inteligencia.
Brasil es un gran cuadro, cuenta con figuras desequilibrantes que están acostumbradas a estas lides, tiene la historia a su favor, las estadísticas los validan, son pentacampeones y fueron los primeros en su grupo. También podríamos decir que dejaron escapar puntos con México, que el debut fue insípido y que contra Camerún dejaron algunas dudas hasta el empate.
De cualquier forma, la 'Roja' tendrá que planificar con máximo detalle este encuentro, las pelotas detenidas en contra son un punto débil que debe cuidar, también el juego aéreo en su zona y las faltas, aunque estas últimas no han sido motivo de preocupación hasta el momento.
El sábado, en el estadio Mineirao, se escribirá un nuevo capítulo de la historia entre Goliat y David, una selección poderosa y favorita para ganar el Mundial y una emergente que ha acaparado elogios por su buen juego y que no se achica ante nadie.