'La compra de infraestructura va en contra del sentido común de la gente'
Aunque recalca que el proyecto de refundación educacional del gobierno no encierra una amenaza para la educación privada, el presidente de la Democracia Cristiana insiste en que le cuesta explicar a sus electores cómo es que el Estado va a comprar colegios ya existentes para entregarlos en comodato.
Ahí está el centro de las 'inquietudes' del senador Ignacio Walker en este tema, las que se resiste a llamar críticas y que le han valido el rechazo de parte de la Nueva Mayoría. Es parte, como asegura, de liderar un partido de la coalición de gobierno, pero 'con identidad'. El parlamentario afirma que la DC va a defender los intereses de la clase media en esa discusión.
- Más que críticas, las mías han sido preguntas, observaciones e inquietudes sobre aspectos instrumentales de la Reforma Educacional. En cuanto a los objetivos de la misma, nosotros no tenemos dos opiniones al interior de la Democracia Cristiana. Ahora, en la mecánica o implementación, evidentemente que uno puede plantear dudas, porque son terrenos enteramente opinables. Uno de ellos es que se destinen dineros de la Reforma Tributaria, del crecimiento o de la recaudación fiscal a comprar infraestructura a los sostenedores privados. Creo que pueden haber otras formas. De hecho, en el propio proyecto hay alternativas que pueden ser mucho más eficientes.
- Esa vía es incentivar a los sostenedores privados con fines de lucro a que se transformen en sostenedores sin fines de lucro. El proyecto les da un plazo de 12 años o puede ser más, para poder recuperar su inversión. Cuando hablamos de fin al lucro hay dos temas de fondo. El primero es destinar todo los recursos públicos que van a educación al proyecto educativo. Son US$6.000 millones al año o el 10% del presupuesto nacional vía subvención. Hay que asegurar que esos fondos vayan al proyecto educativo. El segundo tema es que hay que asegurar que el sostenedor privado pueda recuperar su inversión. Pero ahí hay distintas formas de hacerlo. Esta compra de infraestructura no me parece que sea una forma adecuada de hacerlo, porque va contra el sentido común de la gente. Cuesta explicar que uno vaya a destinar recursos públicos a comprar infraestructura para poder entregarla en comodato al mismo sostenedor privado. El ministro ha sido claro en que está perfectamente abierto a recibir sugerencias sobre esta materia.
- Absolutamente. Y se requieren cambios de fondo. Lo que quiero decir con toda claridad: la combinación de lucro con fondos públicos, copago y selección es una anomalía mundial. No existe ningún país civilizado, desarrollado y democrático en el mundo que tenga esa combinación.
- Ni en la mente de la Presidenta Bachelet, ni del ministro de Educación ni de la Nueva Mayoría existe el interés de causarle un daño a la educación particular subvencionada. Por el contrario, lo que queremos es fortalecer un sistema de provisión mixta, pública y privada, que asegure calidad en condiciones de equidad. La demostración más evidente de esto es que estamos aumentando la subvención.
- Me parece indispensable, porque el eslabón débil del sistema educacional chileno es la educación pública. Es allí donde tenemos el principal problema. Sólo el 37% de la matrícula de primero básico está en la educación pública. El 63% de la matrícula en Chile es privada, por lo que no se puede decir que hay una amenaza respecto de la educación privada. La verdadera amenaza está respecto de la educación pública, que se nos está muriendo.
REFORMA TRIBUTARIA
- Al igual que en la Reforma Educacional, la Reforma Tributaria es necesaria. Necesitamos financiar un mayor esfuerzo social para poder avanzar a un país más justo en lo que la Democracia Cristiana hemos llamado una agenda social contra la desigualdad y el abuso. Los objetivos de la Reforma Tributaria son cuatro. Primero es recaudar US$8.200 millones en cuatro años; luego justicia tributaria, para que quienes tienen más paguen más vía impuesto a la renta, que son impuestos directos, progresivos. También combate a la evasión y la evasión y, finalmente, fin al FUT. Todo el resto de la discusión es opinable o instrumental. Y por lo tanto vamos a hacer y estamos haciendo ver permanentemente sugerencias o propuestas en esa dirección.
- Evidentemente. Seamos claros. Lo que pasa es que en la Cámara quisimos dar una señal clara en dos sentidos: que somos mayoría y tenemos voluntad de cambio. Y ahí estuvieron los 72 votos, incluidos los 22 de la Democracia Cristiana. El Senado, en su calidad de cámara revisora, se está dando todo el tiempo necesario para escuchar a todo el mundo.
- Esto no debe afectar a la clase media y las pymes, al contribuyente común y corriente frente a los poderes discrecionales del Servicio de Impuestos Internos (SII) ni al ahorro nacional, que junto con la inversión es lo que abre el desarrollo económico. Nosotros vamos a defender la reforma educacional y tributaria representando los intereses de la clase media. Muchas veces ese grupo se siente huérfano de representación política y no quiere ser estatizada, aunque nadie está pensando en hacerlo. Ese grupo requiere una red de apoyo no dependiente, paternalista o parasitario. Pero sí de un Estado garante de derechos que cree condiciones de desarrollo.
RELACIONES EXTERIORES
- Yo estoy porque Chile alegue la incompetencia. Pero el momento de hacerlo es una prerrogativa de la Presidenta de la República. Hay un consenso en cuanto a la necesidad de alegar la incompetencia.
- Siempre hay que ser prudente. Yo sinceramente creo que el agente de Chile no debe entrar en debates o controversias con actores políticos. No sé si fue adecuado dar esa entrevista. Él debe estar por sobre la contingencia. Yo siempre voy a estar detrás de quienes invocan el principio de la prudencia, que es una virtud cardinal.
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