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Control del VIH/Sida

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Por décadas, Curanilahue ha tenido las mayores tasas de VIH/Sida en la región. De acuerdo con estadísticas de la Seremi de Salud, desde 1993 a 2013, tiene una tasa acumulada de 5,4 por cada 100 mil habitantes y de 6 en la etapa Sida. Por ello, desde hace dos años se desarrolla un programa en el Hospital Dr. Rafael Avaria, con una Unidad de Atención y Control Sexual, que trabaja con pacientes de la provincia de Arauco, que ha permitido comenzar a reducir la letalidad de la enfermedad.

Por años, los casos eran detectados en forma tardía, por lo que tenían un alto impacto, pero se ha logrado un mayor control y seguimiento de los pacientes. Si antes había entre 8 y 10 muertes al año por la enfermedad, ahora el promedio es de dos fallecimientos anuales. Uno de los aspectos fundamentales que incentiva el equipo de salud, es la realización del examen de Elisa, ya que de esta forma las personas conocen de forma temprana si padecen la enfermedad. Anualmente allí se realizan más de 1.800 exámenes.

El VIH está incluso cubierto por el plan Auge, de manera que no hay justificación para que los enfermos, en conocimiento de que son portadores, no se realicen tratamientos. Hay que reconocer también que en ocasiones los pacientes que acuden a clínicas privadas del país ocultan o falsean su identidad, con el fin de evitar seguimientos. Pero lo principal es que sepan de su situación y en este caso los organismos de Salud deben agotar las posibilidades para ubicarlos, en razón del peligro de que el contagio se expanda.

Es cierto que gracias a las campañas mundiales, menos gente muere de Sida. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el número de fallecimientos ha caído casi un tercio respecto a los registrados en el 2005, cuando ocurrieron las tasas más altas de mortalidad por esta causa, con alrededor de 2,3 millones de víctimas fatales en el orbe. La reducción puede atribuirse, en buena medida, al desarrollo de fármacos cada vez más eficaces para controlar el avance del virus en el organismo. No hay que desconocer que la epidemia ha matado, desde inicios de la década de los 80, a cerca de 40 millones de personas en el mundo, y que hoy conviven con el VIH alrededor de 36 millones de seres humanos. Pero cuidado, el Sida sigue siendo una enfermedad mortal y la manera de ganarle la batalla es reduciendo las infecciones.

El último tupamaro

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El Presidente de Uruguay, José Mujica, no es el primero que no usa corbata. La diferencia está en que hay países donde el traje nacional (guayabera u otra camisa parecida) no se condice con la corbata. Mujica, en cambio, que cree que es 'un trapo inútil que te ata el pescuezo', usa camisas que perfectamente pueden acomodar una corbata.

No es su única rebeldía: tampoco acepta 'disfrazarse de Presidente' y por ello llegó sin corbata a la Casa Blanca, cuando se entrevistó con Obama. No usa twitter ni correo electrónico y sigue cultivando flores y hortalizas en su casa de siempre.

Como todo personaje público, es controvertido. El periodista uruguayo Sergio Israel acumula adjetivos en su libro 'Pepe Mujica, El presidente', (una 'biografía no autorizada'): 'Provocativo', 'pícaro' y 'rezongón'. Más aún, lo trata de 'calentón', en reconocimiento de los muchos romances que han marcado su vida.

En la vereda periodística del frente, Walter Pernas, en 'Comandante Facundo' (biografía novelada pero con autorización) goza de la bendición de Mujica: 'Por el carácter novelado de la obra, hay algunas partes que son hijas de la imaginación del autor, pero que están en línea con la información que yo podía manejar en aquella época'.

Lo anterior puede referirse a los muchos pololeos de Mujica, pero también le permite entrar en temas más escabrosos, como su vida en la guerrilla de los tupamaros, episodios de violencia incluidos.

La de 'Facundo' ( de Mujica) casi puede leerse como una tradicional vida de un santo: guiado por las convicciones políticas de su madre (su papá murió alcoholizado), desde muy pequeño tuvo una aguda conciencia social; fue buen alumno, generoso, solidario con los trabajadores, y nunca ha cejado en sus intentos de cambiar el mundo.

En los '60 del siglo pasado, Uruguay se convirtió en un tubo de ensayo en plena Guerra Fría. La guerrilla fue el pretexto que generó una dictadura : gobiernos civiles de derecha, con el apoyo implacable de las Fuerzas Armadas. De los dos mecanismos diseñados por Nixon para combatir a la izquierda (), en la óptica norteamericana ya se había optado por la fuerza. En Uruguay la más brutal expresión de esta política fue la llegada de Dan Mitrione, agente experto en el combate de la subversión. Cuando los tupamaros le dieron muerte, hubo una primera reacción de consternación… pero más tarde se supo que su papel era luchar contra la guerrilla como fuera, incluyendo la tortura.

Hijo de esta época, con sus luces y sus muchas sombras, José Mujica entró finalmente al juego democrático. Y ahí está, aunque sigue sin usar corbata.