Anegamientos
El fuerte aguacero que se descargó durante estos días dejó en evidencia las dificultades que existen en algunos barrios de la intercomuna para encauzar las aguas y evitar que las familias comiencen a sentir los efectos de las inundaciones.
La lluvia anegó los pasos bajo nivel, como el de Paicaví a la altura de Vicuña Mackenna, Paicaví con Alonso de Ribera y el de Costanera. Sectores como Puchacay, Lorenzo Arenas, Laguna Redonda, Lomas de San Andrés, Lomas de San Sebastián, Barrio Universitario y algunas calles céntricas, se inundaron. Es cierto que la caída de las hojas de los árboles genera problemas de obstrucción de los colectores de aguas lluvia, pero hay algunos que se encuentran tapados no sólo ahora, sino que así han estado por años y se congestionan incluso ante lluvias moderadas, por incapacidad.
También la ciudadanía puede apreciar cada invierno, durante los temporales, el desprendimiento de ganchos de árboles, debido al fuerte viento. Especialmente en Concepción, los árboles ubicados en algunas calles ya han dejado de ser ornamentales, para transformarse en un peligro para la población, por las dimensiones que alcanzan, y porque las raíces provocan la destrucción de aceras y calzadas.
Más complicado es cuando estos árboles se plantan al lado de los postes del alumbrado público y sus follajes tapan la luz, convirtiéndose en un riesgo para los transeúntes y creando la oscuridad propicia para los asaltos.
La ciudadanía reclama -con justa razón- porque en cada invierno, cuando se producen inundaciones en los barrios, las autoridades prometen soluciones, pero al año siguiente hay que lamentar situaciones que bien pudieron preverse. Hay sectores donde en cada lluvia persistente se producen anegamiento, como los pasos bajo nivel. En otros, los problemas los generan los canales.
Las ciudades deben aprender a convivir con el nivel de las precipitaciones, sus ríos, esteros y canales, y eso supone mantener expeditos los cauces y colectores. Los operativos de invierno y la eliminación de riesgos potenciales deben comenzar con anticipación y requieren mantención, no sólo a nivel de servicios y municipios, sino también de los vecinos, con limpieza de canaletas y desagües, para evitar que cada año haya que lamentar que la lluvia y el viento generan problemas que eran predecibles.
Especialmente en Concepción, los árboles ubicados en algunas