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Del Bosque mueve sus piezas y pone acento en la defensa

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El seleccionador español Vicente del Bosque no quiere tener problemas en el debut ante Holanda y por eso, en la segunda práctica del equipo en Curitiba, puso especial énfasis en el trabajo con la defensa.

En una jornada abierta al público, a la que asistieron unas 2 mil personas en el Centro de Entrenamiento Cajú, el técnico puso en la zaga a Gerard Piqué junto a Sergio Ramos, un día después de juntar al madridista con Javi Martínez.

Su objetivo fue parar en uno de los dos equipos al once que podría asemejarse al que enfrente a Holanda, este viernes en Salvador.

Del Bosque puso a Iker Casillas; César Azpilicueta, Sergio Ramos, Gerard Piqué, Jordi Alba; Sergio Busquets, David Silva, Cesc Fábregas, Xavi Hernández; Pedro Rodríguez y Fernando Torres, en un once en el que faltaría Andrés Iniesta.

Con este escenario, el técnico podría optar por un nueve puro en ofensiva, que podría ser Fernando Torres o Diego Costa, y un solo medio centro, Sergio Busquets, dejando a Xabi Alonso en la banca.

Los que sí parecen tener seguros su puestos atrás son Casillas, Azpilicueta, Ramos y Alba, ganando réditos Piqué para ser el cuarto hombre tras la práctica del martes.

El público fue otro tema. Largas filas se aglomeraron seis horas antes del inicio de los entrenamiento y sólo mil personas, por invitación, pudieron entrar generando la molestia de quienes no pudieron ingresar.

Curiosamente, Niko Kovac no fue parte de ese glorioso combinado de Croacia que logró el tercer puesto en Francia 98'... y todo por una rebelde lesión. Pero su presencia como jugador en Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, además de capitanear a Croacia en las Eurocopas de 2004 y 2008 fueron razón más que suficiente para que la federación de su país le encomendará la misión de dirigir a la actual selección. Se reencuentra así con un Mundial, ahora como DT, ocho años después.

años tiene el técnico

Una Copa en donde el balón le va a pesar el doble

Por claudio pozo

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No debe ser fácil para Brasil vivir su propio Mundial. No sólo porque lo disputa en tierra propia, con toda la expectativa que ello genera en su gente, sino porque además le es inevitable recordar el mítico Maracanazo del 50', cuando el 'Scratch' perdió la final, en su casa, ante Uruguay. Esa es la herida más grande en la historia del fútbol de ese país, ésa que el dramaturgo brasileño Nelson Rodrigues tachó como 'nuestra catástrofe nacional, nuestro Hiroshima'. Y cada uno de los jugadores del actual plantel lo saben. El objetivo es la final, ganarla y convertirse en héroes. De lo contrario, están llamados a ser condenados. Así de simple.

Neymar, uno de los llamados a ser figura en Brasil, soñó siempre con ser parte de la selección de su país. 'Era mi sueño de la infancia y aquí estoy. Tengo la 10 en la camisa, jugaré la Copa del Mundo y en mi país. Pero no lo veo como presión. Yo y el resto del equipo tenemos que estar orgullosos de entrar en el campo.'