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Brasil: metido en su propia olla a presión

Por CLAUDIO POZO

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No ha sido fácil para Brasil vivir su propio Mundial, el que se supone es una fiesta del fútbol y del deporte. El evidente malestar social, el caos en las calles, manifestaciones y los atrasos en los estadios se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para todos y especialmente en el seno de la Fifa. ¿Será que a estas alturas quizás se arrepiente de haber designado a dicho país como sede aquel lejano 30 de octubre de 2007?

Uno de los grandes problemas es el social. Los trabajadores del metro de Sao Paulo, que exigen mejores reivindicaciones económicas, volvieron a botarse en huelga generando enormes congestiones en el transporte público, situación que los propios organizadores del campeonato lo vivieron en carne propia con un 'taco' récord de 209 kilómetros en las calles paulistas. '¡Bienvenidos al país del atasco!', dijo Jacques Anouma, presidente de la Federación de Fútbol de Costa de Marfil y miembro de la Fifa, mientras que Michel Platini aseguró que 'tardé dos horas y media del aeropuerto al hotel'.

Lo peor es que la policía y conductores de autobuses también se han manifestado de brazos caídos y no descartan volver a hacerlo durante el desarrollo del Mundial como medida de presión. Vaya uno a imaginar qué pasaría en términos de seguridad si así ocurre...

Lo de los estadios ha sido la gota que rebalsó el vaso. La falta de instalaciones eléctricas o colocación de los asientos en las gradas son algunas de las carencias que presentan varios recintos, aunque desde el máximo organismo del balompié prefieren ponerle paños fríos asegurando que 'es algo normal'. 'Parece que hay muchas obras en curso, aunque yo diría que es muy normal. Y que es más normal cuando se considera que los estadios fueron entregados tarde. No tenemos temores sobre los próximos días', aseguró Jérôme Valcke, secretario general.

Aunque la idea es bajarle el perfil, a los ojos del mundo parece ser todo lo contrario. Por ejemplo, el escenario de la inauguración está aún sin terminar. El Arena Corinthians de Sao Paulo pasó recién hace una semana el segundo y último test oficial y los resultados quedaron al debe: la tribuna con un aforo para diez mil personas está incompleta y otra de las gradas también presenta desperfectos. Se trabaja a la máxima velocidad, sin embargo, se teme que no se llegue a tiempo.

De acuerdo a lo anterior, la Fifa no tendrá tiempo para celebrar un partido de prueba a plena capacidad antes del torneo, por lo que 22 mil graderías mecano no podrán ser probadas. Asimismo, el centro de prensa en el Arena da Baixada de Curitiba no se encuentra listo, por lo que se instalará una carpa.

Pese a que el Arena Pantanal de Cuiabá está terminado para ser usado, los trabajadores siguen construyendo veredas. A ello se suma que seis estadios no tendrán servicio de Wi-Fi.

Problemas similares también se extienden a otros recintos como Porto Alegre y Natal. 'Cuando uno lidia con un evento tan grande como la Copa del Mundo, no hay forma en la que puedas poner un diploma en la muralla que diga que estás listo. Tienes que estar preparado cada día. Todos deben estar trabajando las 24 horas. Hemos hecho todo dentro de nuestra capacidad para que las cosas queden lo más cerca posible de estar listas', explicó Aldo Rebelo, ministro de Deportes de Brasil.

Ni hablar de los aeropuertos, ya que medios locales, como el Folha de Sao Paulo, denuncian que en once de las doce sedes presentan fallos o están inacabados. En algunos casos, los pasajeros deben andar sobre tierra porque no está listo el pavimento, como ocurre en las ciudades de Confins, al sureste, y Manaus, al noroeste.

Otro motivo de descontento es que los brasileños no terminan de sentir que el Mundial les pertenece por la gran cantidad de reglas establecidas por la Fifa. Por ejemplo, que haya un cupo limitado para los espectadores locales. Muchos de los que soñaban con ver un partido de la Copa se van a tener que conformar con verlo por televisión, como si se jugara en otro país. A esto se suma el elevado precio de las entradas, que excluye a los hinchas de bajos recursos.

Es de esperar que, a estas alturas, el mediático mural que muestra a un niño sentado ante una mesa, sosteniendo un cuchillo y un tenedor y llorando desconsoladamente porque en el plato hay una pelota de fútbol en lugar de comida, no sea sólo el único sentimiento de un país que vive y respira el deporte rey. Habrá que esperar a que la pelotita comience a rodar el próximo jueves 12 con el choque inaugural entre el 'Scratch' y Croacia para ver si, de algún modo, se aquietan los ánimos sociales. Al menos por un mes...

GANA... PERO NO CONVENCE

En cuanto a la selección brasileña, tampoco el recorrido ha sido tranquilo. Los dos últimos amistosos, ante Panamá (4-0) y Serbia (1-0), se tradujeron en victorias, sí, pero ante rivales de bajo nivel y que ni siquiera clasificaron al Mundial. En el último confronte, de hecho, el abucheo de la 'torcida' en el Morumbí fue evidente y que ni siquiera pudo ser silenciado con el gol de Fred. Es que no brilló la selección de Scolari. El técnico brasileño salió con su equipo titular pero le costó casi una hora de partido superar a una competitiva selección de Serbia.

Brasil llegará al Mundial con 15 victorias en sus 16 últimos partidos.

Costa: 'Si no sale campeón España, que sea Brasil'

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Diego Costa, internacional español desde marzo tras su polémica nacionalización en octubre de 2013, aseguró que si no gana España el Mundial, espera que la copa la levante Brasil, país del que aún se siente ciudadano.

'Soy y me siento brasileño y eso no va a cambiar. Soy del Estado de Sergipe, en el corazón del país. En mi casa de Madrid mantengo las costumbres brasileñas y eso no cambiará. Quiero ganar el Mundial con España pero si no puede ser mi segundo deseo es que lo gane Brasil. Me encuentro bien físicamente y estoy muy motivado'.

El delantero rojiblanco dejó claro que nunca habló con el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, y que la selección que sí se interesó por él fue la española y su seleccionador, Vicente del Bosque: 'Scolari nunca me llamó por teléfono. El que sí lo hizo fue Del Bosque. Acá me han recibido como a un hermano'.

Costa elogió a sus nuevos compañeros: 'Les conocía de jugador en la Liga española, pero no había tenido un trato personal con ellos. Ahora puedo decir que es un grupo fantástico. Esta selección es como una familia'.

De todos ellos, habló especialmente de su buena relación con Sergio Ramos, con quien en la última sesión preparatoria hizo algunas apuestas sobre quién tenía más puntería en los disparos: 'Con él tengo peleas duras en el campo, pero la verdad es que estamos haciendo una muy buena amistad. Siempre está muy atento conmigo. Él y todos los demás'.

'No creo en una final Uruguay-Brasil'

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El ex futbolista uruguayo y autor del mítico gol del 'Maracanazo', Ghiggia, afirmó ayer en Río de Janeiro que 'Brasil estaba muy confiada y por eso perdió', en alusión a la final del Mundial de 1950 que ganó Uruguay por 1-2.

'La confianza mata al hombre', dijo Ghiggia, quien participó junto al ex futbolista brasileño Jairzinho, campeón del mundo con Brasil en 1970, en un acto promocional en la capital carioca.

Para Ghiggia, el exceso de seguridad con el que la selección brasileña afrontó la final de 1950, una de las mayores sorpresas futbolísticas de la historia y que fue bautizada como el 'Maracanazo', fue lo que hizo posible que la selección uruguaya lograse su segundo título mundial.

POCA FE

El uruguayo afirmó que, en su opinión, en el Mundial no se repetirá una final como la de 1950: 'No creo que la final sea un Uruguay-Brasil'.

Con 87 años, Ghiggia es el único jugador que aún sigue vivo de todos los que participaron en el 'Maracanazo'.