Doctrina social de la Iglesia y educación
La doctrina social de la Iglesia es el conjunto de directrices que la Iglesia hace para ser aplicadas en el campo social, político, económico y cultural de una comunidad. Tiene su origen en el mismo ejemplo de vida y enseñanza de Jesucristo, y se sostiene sobre el pilar fundamental que es la dignidad de la persona humana; entre sus principios se encuentran el bien común, la solidaridad y la subsidiaridad.
En un esquema piramidal, en el que situamos al Estado en su vértice superior y la familia en su base inferior -que, como tal, sostiene toda la organización social-, la subsidiaridad implica que se debe propender a que las iniciativas, proyectos y decisiones queden en los niveles más bajos de la pirámide no siendo absorbidos por grupos sociales mayores ni menos por el Estado. Esto es, que se privilegie la creatividad y genio humano.
En el caso de la educación, siendo los padres los primeros formadores de los hijos, tienen el derecho de elegir aquellos establecimientos que mejor se acomoden a sus criterios educacionales -incluido el derecho de erigirlos de acuerdo a la ley-, y el deber de comprometerse en dicho proceso. Existiendo hoy, en Chile, colegios de excelencia del tipo particular/subvencionado, muchos de los cuales corresponden a los llamados 'colegios de Iglesia', donde los padres tienen algún nivel de influencia y participación, resulta atentatorio contra el derecho señalado la decisión de terminar con esta clase de estructuras educacionales. La preocupación no es exagerada: según el debate actual, en diez años el Estado habrá adquirido todos los colegios subvencionados -que no sean corporaciones o fundaciones- y, por tanto, él podrá tener injerencia en los proyectos educativos de estos establecimientos, regulando sus planes y programas a realizar, y los textos a utilizar.
Se admita o no, se está en vías de una estatización de la educación.
Patricia Vildósola Cincinnati